Advierten por un alto riesgo de atentados en el país, tras la manifestación de unos 10.000 miembros de un partido islamista contra el presidente Macron
El gobierno de Francia reforzó este martes la seguridad en lugares de culto y advirtió que existe un riesgo «muy alto» de atentados en el país, en medio de crecientes tensiones geopolíticas con el islam tras la decapitación de un profesor francés por haber mostrado a sus alumnos caricaturas del profeta Mahoma.
La diplomacia francesa está intentando apaciguar los ánimos de Turquía y de países árabes en medio de protestas contra Francia y llamados al boicot de sus productos en respuesta a la postura adoptada por el presidente Emmanuel Macron tras el asesinato del profesor Samuel Paty, el 16 de octubre pasado, cerca de París.
El refugiado checheno de 18 años que lo mató fue muerto a su vez a tiros por policías.
Líderes europeos respaldaron la posición de Macron de que la publicación de cualquier caricatura, incluso de Mahoma, el profeta del islam, está protegida por leyes de libertad de expresión en vigor en su país y en Occidente, pero muchos musulmanes consideran sacrílegos los dibujos y están indignados.
Hoy, unos 10.000 miembros de un partido islamista se manifestaron contra Macron en la capital de la nación asiática de Bangladesh, donde quemaron una pancarta con su rostro cruzado con una «X» y una maqueta del presidente con tres zapatos colgados alrededor de su cuello en señal de insulto.
Los manifestantes marcharon por las calles de Daca con carteles que pedían un boicot a productos franceses y llamaban a la unidad del islam, pero fueron detenidos por la policía antes de llegar a la embajada de Francia.
Los organizadores de la protesta dijeron que hubo 50.000 personas, pero medios locales y extranjeros las cifraron en unas 10.000.
En Francia, en tanto, la policía nacional anunció hoy un incremento de la seguridad en torno a lugares religiosos con motivo del Día de Todos los Santos, el próximo domingo, luego de detectar un creciente número de amenazas online tanto contra cristianos como contra musulmanes moderados.
El ministro del Interior, Gerald Darmanin, dijo a la radio France Inter que el peligro de ataques extremistas en Francia sigue siendo «muy alto».
«Tenemos muchos enemigos dentro y fuera del país», señaló.
Hace cinco años, islamistas de la red Al Qaeda nacidos en Francia mataron a tiros a 12 trabajadores de la revista satírica francesa Charlie Hebdo en París en respuesta a la publicación de caricaturas de Mahoma. Los dibujos también desataron protestas en países islámicos, y algunas de ellas provocaron muertos.
Darmanin ratificó planes de disolver organizaciones islámicas que pregonen visiones radicales o tengan financiamiento extranjero, al tiempo que acusó a Turquía y Pakistán de «entrometerse en los asuntos internos de Francia», un día después de que Pakistán convocara al embajador francés para quejarse por las caricaturas de Mahoma.
«Hay una batalla contra la ideología islamista. No debemos ceder. Pero la fe musulmana tiene todo su lugar en la República», dijo.
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, se ha puesto a la cabeza de la carga contra Francia, llamando al boicot contra sus productos y hasta cuestionando la estabilidad mental de Macron, tras lo cual Francia llamó a consultas a su embajador en Turquía.
Mientras el gobierno francés busca apaciguar las tensiones, el semanario satírico Charlie Hebdo volvió a la carga y adelantó en su cuenta de Twitter su portada de mañana bajo el título “Erdogan en privado es muy divertido” y cuya imagen ilustra al presidente turco sentado en un sillón en camiseta y calzoncillos levantándole la túnica a una mujer para dejar su trasero desnudo al descubierto, mientras ella ríe.
De la boca de Erdogan sale la frase “¡Oh, el profeta!”, mientras tiene su lengua afuera con lascivia.
Las tensiones entre ambos países escalaron en meses recientes por la participación de Turquía en conflictos en Siria, Libia y en la región caucásica de Nagorno Karabaj, territorio en disputa entre Armenia y Azerbaiyán.
Pero la nueva disputa pronto se propagó a otras naciones del mundo musulmán, así como de Europa.
Países como Qatar y Jordania comenzaron a retirar productos franceses de las góndolas, mientras en los territorios palestinos de Gaza, en Túnez, Siria y Senegal hubo manifestaciones para denunciar los «ataques al islam» de Macron.
En los últimos días, decenas de sitios web franceses sufrieron ataques de piratas informáticos que publicaron mensajes de propaganda islamista.
El presidente francés, por su parte, recibió el respaldo de los líderes de Países Bajos, Alemania, Italia, Grecia y la Unión Europea (UE).
La UE advirtió hoy que la postura de Erdogan contraviene a los acuerdos comerciales existentes con Turquía y podría perjudicar sus esfuerzos de larga data de adherirse al bloque comunitario.
«Un boicot solo servirá para alejar todavía más a Turquía de la UE», dijo el vocero de la Comisión Europea (CE), el Ejecutivo del bloque, Balazs Ujvaris.
También hoy, la Cancillería de Irán convocó a un diplomático francés y le dijo que la respuesta de Francia al asesinato de Paty era «imprudente» y que el Gobierno de Macron alentaba el odio hacia el islam bajo el disfraz de un apoyo a la libertad de expresión, informó la TV estatal iraní.
En Arabia Saudita, la agencia de noticias oficial SPA publicó un comunicado de la Cancillería que «rechaza cualquier intento de vincular el islam al terrorismo y denuncia las ofensivas caricaturas del profeta».
En Qatar, el Gobierno también condenó lo que describió como «una dramática escalada en la retórica populista» incitando al odio y la hostilidad contra los casi 2.000 millones de musulmanes del mundo.
En tanto en Pakistán, el Parlamento aprobó una resolución de condena a las caricaturas de Mahoma, según informaron medios locales.