La elección nacional se realizó justo un año después de que tuviera lugar, el 25 de octubre de 2019, la mayor marcha realizada en democracia.
La opción «Apruebo» al cambio de la Constitución se impuso de manera contundente en Chile y lograba un 78,27% de los votos, escrutadas más del 95% de las mesas de todo el país, por lo que ya era irreversible el inicio del proceso para cambiar la actual carta magna, impuesta en 1980 durante la dictadura de Augusto Pinochet (1973-90).
El «Apruebo» obtenía 5.618.644 votos, mientras la opción «Rechazo» lograba 1.559.595, en una elección que tuvo mayor nivel de participación que la media en el país desde que el voto es voluntario.
Asimismo, los sufragios válidos alcanzaban a 94,59% del total de votos emitidos, informó esta noche el Servicio Electoral (Servel) en su sitio web.
Miles de chilenos salieron a festejar masivamente en la Plaza Italia (lugar de encuentro y celebraciones de la capital chilena) el rotundo triunfo que permitirá iniciar el largo proceso para enterrar este legado político de Pinochet y que estuvo en el centro de los reclamos del estallido social iniciado en octubre de 2019.
Los festejos se repetían en las calles de todo el país, con vecinos celebrando desde los balcones de sus departamentos, en las puertas de sus casas y en autos con banderas y bocinazos.
El presidente Sebastián Piñera, acompañado de todo su gabinete, reconoció en rueda de prensa en el Palacio de La Moneda el triunfo del «Apruebo» y de la Convención Constitucional (que se conformará en un 100% por ciudadanos electos para este propósito con composición paritaria entre hombres y mujeres) para redactar la nueva Constitución.
«Hoy los chilenos y chilenas han expresado libremente su voluntad a través de las urnas, eligiendo la opción de una Convención Constituyente, por primera vez con plena igualdad entre hombres y mujeres, para acordar una Nueva Constitución para Chile», dijo el presidente.
«Hoy ha triunfado la ciudadanía y la democracia. Hoy ha prevalecido la unidad sobre la división y la paz sobre la violencia. Y esto es un triunfo de todos los chilenos que amamos la democracia, la unidad y la paz. Y sin duda, este triunfo de la democracia nos debe llenar de alegría y esperanza», continuó Piñera.
«Este Plebiscito no es el fin. Es el comienzo de un camino, que juntos deberemos recorrer para acordar una Nueva Constitución para Chile. Hasta ahora la Constitución nos ha dividido. A partir de hoy, todos debemos colaborar para que la Nueva Constitución sea el gran marco de unidad, de estabilidad y de futuro, y se constituya en la Casa de Todos y en la Ley Fundamental de la República, respetada y legitimada por todos los chilenos», sostuvo el presidente acompañado de todo el gabinete de ministros.
En esta consulta, calificada como histórica por ciudadanos y políticos, se imponía la opción de una Convención Constitucional como mecanismo para elaborar la nueva Constitución con un 79,13% de votos, mientras la opción de la Convención Mixta Constitucional (conformada en un 50% por constituyentes y 50% por miembros del Congreso) reunía el 20,87%.
La jornada estuvo marcada por una ordenada y tranquila votación, con largas filas en los centros de votación y estrictas medidas sanitarias para evitar la propagación del coronavirus (con más de 500.000 casos confirmados y casi 14.000 muertes en el país).
El resultado da la largada a un proceso constituyente. En primer término el país vivirá una nueva elección el domingo 11 de abril de 2021 para escoger a sus constituyentes, que tendrán hasta 12 meses para presentarle al país una nueva Constitución.
En la discusión del texto, se necesitarán obligatoriamente dos tercios de los votos de los constituyentes para aprobar cada artículo que se discuta en la Convención.
La nueva Constitución deberá pasar por un nuevo plebiscito ratificatorio, en el que los chilenos deberán aprobar o rechazar este nuevo texto, que se espera se realice en 2022 y con esto el país podrá dejar atrás la Constitución de 1980.
Para este segundo plebiscito de salida el voto será obligatorio, no como en esta primera consulta, en la que era voluntario.
Según expertos y medios de comunicación chilenos, la jornada fue histórica por la alta participación y sobre todo por la gran presencia de jóvenes.
El día se inició con una masiva asistencia en la apertura de centros electorales, donde se vieron filas de cuadras en algunos puntos de Santiago, como el caso del Estadio Nacional, centro icónico y uno de los más concurridos del país.
Pasado el mediodía, la cantidad de votantes en los centros de votación bajó un poco, coincidiendo con el horario especial para los adultos mayores.
Pasadas las 18, dos horas antes del cierre de los comicios, manifestantes comenzaron a llegar a Plaza Italia, epicentro de las marchas que en octubre y noviembre de 2019 pusieron en jaque al segundo Gobierno de Piñera en reclamo de mayores reivindicaciones políticas, sociales y cambiar el actual modelo económico, que llevaron como consecuencia a un acuerdo entre el oficialismo y oposición para convocar el plebiscito constitucional.
Carabineros (policía) tenía copada la plaza e intentó impedir la manifestación, pero luego de unos minutos de tensión en donde trataron de dispersar a los manifestantes, se replegaron y la marcha tomó el control de Plaza de la Dignidad, como fue bautizada popularmente.
Ayer se cumplió un año de la masiva marcha, denominada la marcha más grande de Chile, y que reunió más de 1.5 millones de personas en la Plaza Italia y alrededores del centro de Santiago.
El próximo paso
En caso de confirmarse la opción de la Convención Constitucional, sus integrantes serían elegidos en abril de 2021 y comenzaría a sesionar hacia finales de mayo. Para esas fechas, cabe esperar que el país se encuentre en plena precampaña para las primarias presidenciales, previstas para el 4 de julio. Al sucesor de Piñera se le elegirá el 21 de noviembre -igual que al Congreso- y en caso de la necesidad de segunda vuelta, se produciría el 19 de diciembre.
«Dado que muchos miembros de la Convención Constitucional indudablemente tendrán afinidades políticas con candidatos presidenciales, las promesas que los aspirantes a la Presidencia hagan probablemente encontrarán un eco» en dicho organismo, advierte Patricio Navia, profesor de ciencias políticas en la Universidad Diego Portales (Chile), en declaraciones a ‘Americas Quaterly’.
A esto hay que agregar, subraya, el hecho de que en general cuando se modifica una Constitución el texto resultante suele ser más amplio que el original. «Existe una elevada probabilidad de que la nueva Constitución chilena actúe como esponja, incorporando muchas de las cuestiones que surjan durante las campañas de 2021», apunta.
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— m fui (@iglossyng) October 26, 2020
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— CNN Chile (@CNNChile) October 26, 2020