El Vaticano anunciará la renovación por dos años del acuerdo firmado con China para la designación conjunta de obispos. Es el mayor acercamiento bilateral en más de 50 años y es fuertemente rechazado por EE.UU.
El Vaticano anunciará esta semana la renovación por dos años del acuerdo firmado con China en 2018 para la designación conjunta de obispos, que significó el mayor acercamiento bilateral en más de 50 años y es fuertemente rechazado por Estados Unidos.
Con fuerte impulso del papa Francisco, la Santa Sede se plantea anunciar el jueves próximo la confirmación de la nueva prórroga, siempre con la modalidad «ad experimental» (a prueba), del acuerdo que abrió la puerta a la normalización de la Iglesia en China tras más de medio siglo, dijeron fuentes vaticanas a Télam.
El acuerdo, cuyo texto permanece en secreto, supuso la armonización entre los obispos designados por el Vaticano y los designados por Beijing a través de la denominada Asociación Patriótica, una Iglesia creada por el Gobierno chino para controlar la vida religiosa católica en el país.
Desde la entrada en vigencia del acuerdo el 22 de octubre de 2018, todos los obispos chinos están ya en «plena comunión» con Roma y Beijing, y se designaron dos nuevos prelados con acuerdo tanto del Vaticano como del Gobierno del presidente chino Xi Jinping.
Según agregaron las fuentes, la fuerte presión que ejerció Estados Unidos en las últimas semanas a través del secretario de Estado Mike Pompeo para boicotear el acuerdo terminó por ratificar la voluntad de China y del Vaticano para extender el vínculo por otros dos años.
A fines de septiembre pasado, Pompeo advirtió al Vaticano que extender el vínculo con China significaría poner en riesgo su «autoridad moral» ya que, según el ex director de la CIA, «en ningún lugar la libertad religiosa está más bajo ataque hoy» que en el país asiático.
Además, de visita en el Vaticano, Pompeo planteó al secretario de Estado de la Santa Sede, Pietro Parolin, la oposición de su país a la prórroga del acuerdo durante una reunión bilateral.
Parolin, de todos modos, ratificó luego de la bilateral con su par estadounidense la «intención y voluntad» de la Santa Sede par extender el vínculo con China.
La Cancillería china también avaló la postura de la Santa Sede y, luego de las presiones estadounidenses, dijo en un comunicado que «en los últimos años, con los esfuerzos conjuntos de ambas partes, las relaciones China-Vaticano continuaron mejorando».
Con la entrada en vigencia del acuerdo, el Vaticano reconoció a los siete obispos que aún no tenían el aval pontificio y se avanzó en los nombramientos conjunto, con reconocimiento de ambas partes, de a Stefano Xu Hongwei como coauditor de Hanzhong y a Antonio Yao Shun titular en Jining/Wulanchabu.
De todos modos, el acuerdo no implica por el momento el establecimiento de relaciones diplomáticas entre Roma y Beijing, interrumpidas en 1949 con la proclamación de la República Popular China, y obstaculizadas por el reconocimiento de la Santa Sede de Taiwán como un Estado independiente.
En noviembre de 2019, durante su viaje a Japón, el Papa dio sin embargo un fuerte gesto hacia Beijing en esa dirección, al referirse a China como «nación» cuando sobrevoló su espacio aéreo, pero evitó referirse en los mismos términos a Taiwán, a donde envió saludos al «pueblo», y a Hong Kong, a la que se refirió como «territorio».