La ciudad japonesa Hokkaido fue la protagonista del insólito hecho. El cohete MOMO-2 fue lanzado y menos de 5 segundos después se estrelló contra el piso y estalló.
La nave tenía 10 metros de alto y pesaba 1150 kilos. El artefacto de Interstellar Technologies, que confecciona minicohetes de bajo costo, duró muy poco en el aire. Apenas despegó, perdió fuerza y cayó, al chocar contra el suelo provocó una explosión que lo destruyó. Según publicó, el diario El País, no hubo personas heridas.
Lo particular de esta historia, es que en junio del año pasado, algo similar había pasado con el MOMO-1. Éste llevó a volar 20 kilómetros hacia arriba, se detuvo por una falla en el motor y terminó cayendo en picada hacia el océano.