El Tribunal de Gualeguaychú emitirá este martes la sentencia en el juicio que se le sigue a la joven Nahir Galarza, imputada por el crimen de su novio Fernando Pastorizzo, en el que tanto la fiscalía como la querella pidieron la pena de «prisión perpetua», mientras que la defensa requirió una condena con un máximo de cinco años de prisión por «homicidio culposo».
La audiencia está prevista para las 11:00 en los tribunales de la ciudad del sur entrerriano.
Desde el lado de la querella se apunta a que el crimen fue premeditado, mientras que lo fiscales van por el agravante de la relación sentimental que habría unido a victimaria con la víctima.
En cambio, los defensores de la joven de 19 años señalan que se trató de un hecho accidental que se produjo en un contexto de violencia de género.
Nahir Galarza, en su declaración, dijo que se le nubló la mente en el momento en el que realizó los dos disparos con los que mató a su novio de 20 años.
El defensor José Ostolaza pidió que se condene a su clienta por «homicidio culposo», al entender que no tuvo intención de matar.
No obstante, solicitó al tribunal que si entiende que hubo intención se tenga en cuenta atenuantes como la violencia de género, en un contexto de condena que puede ir de los ocho a los 25 años de prisión.
En cambio, los fiscales Sergio Rondoni Caffa y Lisandro Beherán sostuvieron que Nahir realizó los disparos en forma voluntaria y que sabía manejar el arma porque le había enseñado su padre policía.
Una de las discusiones pasa por si Nahir y Pastorizzo eran novios o se trataba de una relación esporádica, como sostiene la defensa.
El primer argumento de los acusadores pasa por el hecho de que la familia Galarza llevó al joven de vacaciones a Brasil, aunque los defensores aseguran que su inclusión en el viaje se arregló en los últimos días, en reemplazo de una amiga de la chica que desistió de ir.
El crimen de Fernando Pastorizzo, de 20 años, ocurrió el 29 de diciembre de 2017 alrededor de las 5:00 y Galarza, que primeramente dio su versión de los hechos, confesó horas más tarde haber sido la autora de los disparos.
La joven había dicho que los disparos fueron cometidos con el arma reglamentaria de su padre, que es efectivo de la Policía de la provincia de Entre Ríos.
Sin embargo, en una segunda declaración dijo que había sido su novio el que había tomado el arma y que los disparos los había hecho en forma accidental.