Policiales

Dieron prisión preventiva al acusado del femicidio de Ludmila Pretti


La joven de 14 años fue estrangulada el 6 de septiembre último en una casa a la que había ido a una reunión con amigos

El único acusado del femicidio de Ludmila Pretti, la adolescente de 14 años estrangulada con su propia pashmina el 6 de septiembre último en una casa a la que había ido a una reunión con amigos, en la localidad bonaerense de Francisco Álvarez, fue procesado con prisión preventiva, informaron fuentes judiciales.

Se trata de Cristian Adrián Jerez (19), a quien el juez de Garantías 2 de Moreno, Gabriel Castro le dictó el procesamiento por el delito de «homicidio agravado por el vínculo y femicidio (por ser la víctima mujer y mediando violencia de género», por lo que el joven seguirá detenido.

Fuentes judiciales informaron a Télam que el magistrado hizo lugar al pedido formulado la semana pasada por el fiscal de la causa, Federico Soñora, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 4 de Moreno, quien había considerado que el acusado debía continuar preso porque existía «riesgo procesal de fuga y de entorpecimiento de la investigación» ya que tras el crimen escapó y se mantuvo prófugo durante casi 48 horas.

«(…) nos encontramos con un contundente cuadro probatorio que permite dar por acreditados los hechos imputados por el agente fiscal, al menos con los alcances de este estadio procesal», señaló el juez en su resolución de 43 páginas a la que accedió Télam.

En su requerimiento, la fiscalía había planteado la existencia de numerosos elementos para considerar al joven de 19 años autor material del femicidio de Ludmila, entre ellos, que el cuerpo fue hallado en su vivienda y que hay testigos que, además de haberlos visto juntos esa madrugada, escucharon a la víctima gritar que la dejara irse de su casa.

«Escuché una pelea, que (Ludmila) levantaba la voz (…) decía que la dejen ir, decía ´’dejame ir, dejame ir’, y Cristian (Jerez) decía que no. Ella decía ‘yo me pago el Fernet’, como para que la dejen ir», declaró la testigo, según los datos que constan el expediente.

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La misma persona agregó que tras ello vio salir de la casa a un joven con una «gorrita» blanca y que Ludmila permaneció con Jerez adentro de la vivienda. «Ahí escuché de nuevo que ella quería ir a su casa, no sé si lloraba, pero gritaba, decía ‘me quiero ir a mi casa, el sábado que viene te pago el Fernet’ y Cristian le decía que se quede, le decía ‘no, quedate, quedate’, y en un momento dejaron de gritar», continuó la vecina.

Otros testigos, la mayoría jóvenes que habían participado de la reunión llevada a cabo en la vivienda situada en Diario La Nación 4039, y Arístides, del barrio Villa Escobar, donde residía el acusado, detallaron por su parte las horas previas al crimen de la joven y, si bien muchos de ellos calificaron al acusado como una persona «violenta», no informaron acerca de ningún episodio puntual con Ludmila.

De las declaraciones surge que la adolescente había ido a la casa de Jerez -situada a unos 400 metros de la suya- para participar de una reunión y que allí se encontró con un amigo, Joel, y con otros conocidos. Durante el encuentro, los jóvenes bebieron vino, bailaron y Ludmila envió varios mensajes a su novio, con quien se había peleado, quien nunca le respondió.

Cuando ya sólo quedaban cuatro personas en la casa -entre ellas Ludmila y el acusado- concluyó la reunión y todos salieron a la calle para retornar a sus hogares. Según declaró el amigo de Ludmila, Joel, «tipo 4 de la mañana se empezaron a ir todos (…) quedamos nosotros cuatro, Adrián Jerez, Mayra, Ludmila y yo. Había quedado un vino, lo tomamos adentro, en unas sillas, terminamos el vino, y salimos, ella llamaba por teléfono, Mayra la acompaño a la vereda, ella decía que llamaba al novio o al remise y, como no venía, salimos Jerez y yo a la vereda donde estaban ellas», relató el joven.

Según el testigo, él y la otra chica se fueron caminando en una dirección, ya que viven cerca, mientras que Ludmila y Jerez regresaron a la casa de éste para que ella esperara un remís que la llevara a la suya. «Cuando llegué a mi casa le mandé un mensaje a Ludmila, a las 7.06 horas por WhatsApp que decía ‘y, ya te fuiste?’, sé que le llegó porque tenía dos tildes y no me lo contestó. Después me acosté a dormir y me levanté tipo 11 de la mañana, y me había mandado un mensaje Dalila (madre de la joven) que decía que Ludmila no había vuelto a la casa», recordó. Joel dijo que fue a la casa de Jerez, aunque no lo encontró, y que recién lo vio al día siguiente, cuando éste le contó que Ludmila se había ido «caminando sola a su casa».

Al no tener noticias de la adolescente, su madre y un tío radicaron la denuncia por averiguación de paradero en la comisaría de Eufrasio Álvarez y, tras la geolocalización del teléfono de la menor de edad mediante una aplicación, se realizó una allanamiento de urgencia en la casa de Jerez, donde se encontró el cuerpo entre dos colchones de una cama, envuelto en una frazada.

De acuerdo a la autopsia, la muerte de Ludmila fue producto de «un paro cardiaco traumático, secundario a asfixia mecánica originada por compresión cervical extrínseca por estrangulación a lazo», ya que se empleó la pashmina que llevaba puesta. Además, los peritos concluyeron que el deceso de produjo «entre las 8 y 12 de la mañana del día 6 de septiembre del 2020», cuando, según testigos, quedó a solas con Jeréz.

Línea 144: atención, contención y asesoramiento en situaciones de violencia de género.