Opinión

La Argentina, otra vez en medio de un temblor cambiario


Por Guillermo Malisani

El temblor cambiario que sacude al país encendió las señales de alarma por el riesgo de una profundización del proceso de devaluación y el impacto que podría tener sobre los precios, lo cual agravaría los de por sí preocupantes índices de pobreza y desempleo.

A medida que el dólar sube, los sueldos se degradan, la pobreza y la indigencia aumentan, y los temores a no encontrar una salida se potencian.

Por ahora, ni el mayor ajuste en el cepo cambiario -que prácticamente dejó a gran parte de la población sin chances de comprar dólares vía bancaria-, ni la rebaja en las retenciones dieron resultados.

Para los economistas, estas fueron medidas tomadas como parche, como solución temporaria, pero que por sí solas no tendrán efecto si no se restablece la confianza.

En sólo una semana, el dólar que se pacta en cuevas del microcentro acumuló una suba de 14 pesos y se disparó hasta los 165, y la brecha cambiaria con el mayorista superó el 105 por ciento, un nivel récord.

A partir del 15 de septiembre, cuando el jefe del Banco Central, Miguel Pesce, anunció nuevas restricciones cambiarias, el dólar blue registró una fuerte suba de 27 pesos.

Desde el Gobierno, incluso el ministro de Economía, Martín Guzmán, así lo dijo, señalan que el blue es un mercado muy restringido, con pocas operaciones y que no debe tener impacto en los precios.

En cuanto a que es una plaza donde no se mueven sumas millonarias, no es cierto que no tenga impacto: afecta el valor de las cotizaciones bursátiles e indirectamente también en el mercado mayorista y en el precio al público.

Para el ex secretario de Finanzas Daniel Marx, si el Gobierno no aplica un «programa de estabilización» de la economía, «esto termina en una corrección cambiaria, con saltos de inflación importantes».

Si a ese crítico panorama, se contrasta el hecho de que el Banco Central sigue perdiendo reservas y poder de fuego para controlar el tipo de cambio, se redondea un cóctel explosivo y altamente peligroso para el mediano plazo.

Si bien desde sectores cerealeros y aceiteros exportadores confían en que haya un incremento en el volumen de las liquidaciones de dólares que puedan mejorar la oferta, lo cierto es que nadie ve una avalancha de dólares ingresando a la plaza.

En los últimos días, los exportadores liquidaron en torno a los 100 millones de dólares, mientras que el Central pierde entre 15 y 20 millones por día para fortalecer la oferta.

Más allá de que la rebaja en el porcentaje de las retenciones no resulta atractiva para los productores, se espera una aceleración en las ventas externas, aunque recién se podrá disponer de esos fondos en no menos de una semana, debido al plazo que demanda la presentación de la documentación y la logística respectiva.