La celiaquía puede ser asintomática en un gran número de casos, lo que provoca que llegar al diagnóstico sea más complejo y tardío
La celíaca no siempre se presenta de la misma manera. Por ello se han estudiado y clasificado los distintos tipos de celiaquía.
Esta es una patología autoinmune relacionada con el gluten. El gluten es una proteína presente en muchos alimentos, como aquellos que llevan trigo o cebada. En Europa se estima que afecta en torno al 1 % de la población.
El problema es que puede ser asintomática en un gran número de casos, lo que provoca que llegar al diagnóstico sea más complejo y tardío. Por ello, en este artículo te explicamos todo lo que debes saber sobre la celiaquía y cuáles son los tipos principales.
El gluten es una proteína que está presente en diferentes cereales. Por ejemplo, en el trigo, el centeno o la cebada. Son alimentos que, de manera general, tienen una presencia alta en la dieta. Forman parte del pan, el arroz y la pasta.
El daño de la mucosa intestinal hace que, con el paso del tiempo, se afecte la absorción de los nutrientes al hacer la digestión. Por eso en muchos casos hay pérdida de peso, anemia o alteración del crecimiento en los niños.
Aunque aún no se conoce con exactitud cuál es la causa de los distintos tipos de celiaquía, se sabe que la genética es determinante. Del mismo modo, se suele asociar a otro tipo de enfermedades autoinmunes. Según un estudio publicado en la Revista cubana de alimentación y nutrición, la enfermedad celíaca y la diabetes mellitus tipo 1 pueden estar relacionadas.
Tipos de celiaquía
Dentro de la enfermedad celíaca hay diferentes formas clínicas, según los síntomas y las evidencias de ciertas pruebas complementarias que permiten explorar el aparato digestivo. Esto da origen a los tipos de celiaquía y, según la Federación de Asociaciones de Celíacos de España, casi un 75% de los pacientes están sin diagnosticar.
Este dato surge del hecho de que, hasta hace poco tiempo, se desconocía que podía haber casos sin síntomas. Así, los tipos de celiaquía son los siguientes: asíntomática, sintomática, potencial, latente y refractaria. A continuación te explicamos sus características principales.
Subclínica o asintomática
La celiaquía asintomática o subclínica, como su propio nombre indica, es aquella en la que no se presentan síntomas. Sin embargo, al realizar pruebas complementarias (como una endoscopia para observar el intestino), se pone en manifiesto la presencia de la enfermedad.
Clásica o sintomática
En este tipo de celiaquía la persona afectada presenta tanto síntomas como resultados positivos a las pruebas. De todas maneras, los signos son muy variados. En algunas personas aparece diarrea, pérdida de peso, cansancio, vómitos y dolor abdominal.
En otros casos, en lugar de diarrea podemos encontrar estreñimiento continuo. Otros signos típicos son el retraso del crecimiento en el caso de los niños, el meteorismo y la distensión abdominal. De forma indirecta encontramos anemia e incluso irritabilidad constante.
Celiaquía potencial
Este tipo de celiaquía se cataloga para hacer referencia a personas que no presentan síntomas, pero que se ha demostrado que tienen una probabilidad alta de desarrollar el cuadro. Esto se sabe gracias a pruebas genéticas, como la determinación del gen HLA-DQ2/DQ8.
Sin embargo, en estos pacientes, al realizar una biopsia del tejido del intestino delgado no se encuentra evidencia de celiaquía. Según un artículo de la Revista médica de Chile, lo ideal es realizar un seguimiento cercano a estas personas, aunque no es necesario que realicen una dieta estricta sin gluten.
Celiaquía latente
Lo que sucede en la celiaquía latente es que se ha diagnosticado la enfermedad, pero tiempo después no se encuentran síntomas ni alteraciones intestinales. Por ejemplo, alguien que fue confirmado de niño y, al realizar una dieta completa sin gluten, no vuelve a sufrir la enfermedad a pesar de reintroducir esta proteína.
Refractaria
La enfermedad celíaca refractaria son aquellos casos en los que, pese a llevar una alimentación sin gluten, se siguen presentando síntomas o signos de la enfermedad. Para poder confirmar este dato, es necesario que la persona haya estado más de seis meses sin tener contacto alguno con la proteína.
Confirmar la presencia de esta enfermedad a tiempo es fundamental, pues el daño en la mucosa intestinal puede convertirse en irreversible y tener consecuencias graves. Por ejemplo, llevar a la desnutrición o al retraso del crecimiento en los infantes.
De esta manera, ante la sospecha por síntomas gastrointestinales al ingerir gluten, siempre es primordial consultar con un médico. Las pruebas complementarias son accesibles y pueden concretarse con relativa facilidad.
(Este artículo ha sido escrito y verificado por el médico Leonardo Biolatto)