Pese a los reiterados pedidos de tregua de la comunidad internacional, el conflicto bélico continúa, aunque ninguno logró hacer avances
Armenios y azerbaiyanos libraban este sábado «intensos combates» en la mayor parte del frente en Nagorno Karabaj, en el séptimo día de hostilidades en el disputado territorio separatista pese a los reiterados pedidos de tregua de la comunidad internacional.
La región, de mayoría armenia, se proclamó independiente de Azerbaiyán en 1991, lo que desató una guerra que causó 30.000 muertos y desde entonces estallan distintos combates, aunque el que se libra desde hace una semana es de mayor intensidad.
El presidente de este territorio separatista, Arayik Harutyunian, vestido con uniforme militar, declaró ante la prensa que había comenzado «la última batalla» por Nagorno Karabaj, y agregó que se unía al frente para combatir junto a sus tropas que respaldan a Armenia. «La nación y la madre patria están en peligro», declaró a periodistas.
El ejército separatista logró detener el ataque a gran escala del enemigo», que se concretó «pese a los reiterados pedidos de tregua de la comunidad internacional», indicó la vocera del Ministerio de Defensa de ese país, Shushan Stepanian, en su página de Facebook, a la vez que mencionó «intensos combates» y que «las fuerzas armenias contraatacaron en uno de los sectores del frente».
En Stepanakert, capital de Nagorno Karabaj y blanco por primera vez de disparos de artillería el viernes, se volvieron a oír explosiones hoy a la mañana, informó la agencia de noticias AFP.
En tanto, el primer ministro de Armenia, Nikol Pachinian, dijo en un discurso a la nación que el país se enfrenta al «momento quizás más decisivo de su historia».
Por su parte, el presidente azerbaiyano, Ilham Aliyev, reiteró hoy su llamado a la retirada de las fuerzas armenias de los «territorios ocupados» como «condición previa» a un alto el fuego.
«Vamos a recuperar nuestros territorios, es nuestro derecho legítimo y nuestro objetivo histórico», declaró en una entrevista con la cadena de televisión Al Jazeera.
El ejército azerbaiyano afirmó que 19 pueblos fueron el blanco de disparos armenios por la noche y aseguró que había tomado «medidas firmes de represalia», reivindicando en especial la toma de posiciones separatistas.
Las autoridades armenias anunciaron el sábado la muerte de otros 51 soldados separatistas, por lo que el balance desde el inicio de las hostilidades el pasado domingo se eleva a 242 muertos: 209 soldados de Karabaj, 14 civiles armenios, y 19 civiles azerbaiyanos.
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Azerbaiyán no comunica sus pérdidas y cada bando reivindica éxitos desmentidos por el otro y da cuenta de la muerte de cientos de soldados enemigos cada día.
Los armenios aseguran que más de 3.000 soldados azerbaiyanos murieron desde el domingo, mientras que desde el otro bando afirman haber matado a 2.300 militares armenios.
Como país limítrofe de Armenia y Azerbaiyán, Irán advirtió hoy contra cualquier «intrusión» en su territorio, luego de que morteros golpearan aldeas iraníes a lo largo de la frontera.
También Georgia, otro país del Cáucaso, suspendió temporalmente el sobrevuelo en su territorio de los aviones militares de carga de Armenia y Azerbaiyán.
Las partes en conflicto ignoran los múltiples llamados a la paz de la comunidad internacional, como el que hizo ayer el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, quien reclamó «un fin inmediato de las hostilidades».
Rusia, Estados Unidos y Francia, los tres países implicados en la mediación en este conflicto, reclamaron igualmente, en vano, un alto el fuego. Muchas potencias, como Rusia, Turquía o Irán, tienen intereses en esta zona del sur del Cáucaso.
Otro de los asuntos de preocupación es el supuesto envío de combatientes proturcos, especialmente sirios, al frente en apoyo de Azerbaiyán.
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, a diferencia de otros dirigentes, no llamó a un alto el fuego pero pidió la retirada de los armenios.
Sin nombrar directamente a Turquía, el presidente ruso, Vladimir Putin, expresó por primera vez su «profunda preocupación» al respecto durante una conversación con el primer ministro armenio, Nikol Pashinyan.
Si bien Bakú lo niega, el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH) registró la muerte de al menos 28 combatientes proturcos desde el inicio de los combates.