La autopsia determinó que murió ahogado en el lugar donde fue hallado. Sin embargo, los encargados de la investigación mantienen la firme sospecha de que fue una “desaparición forzada”
A pesar del resultado de la autopsia a los restos de Facundo Astudillo Castro que determinó que murió ahogado en el cangrejal donde fue hallado, los investigadores mantienen una «innumerable» cantidad de interrogantes respecto a la actuación de la policía que les impide inclinar el caso hacia un posible accidente y mantienen la firme sospecha de que se trató de una «desaparición forzada».
Uno de los investigadores del caso aseguró a Télam que las conclusiones de la autopsia «no respondieron a ninguno de los interrogantes» que hay sobre la actuación de algunos de los policías mencionados en el expediente y esta afirmación se potenció con lo que declaró el abogado querellante Leandro Aparicio, quien dijo que «en las próximas horas habrá novedades muy importantes».
En declaraciones a esta agencia, Cristina Castro, la madre de Facundo, afirmó que «se está más cerca que nunca de las verdad» porque «hay infinidad de pruebas en el expediente que demuestran que lo mató la policía» y aseguró que en la próxima semana se conocerá un «dato revelador» que, si bien no puede brindar detalles, dijo que «se trata de ADN» de su hijo «que fue encontrado en un lugar donde nunca estuvo».
«Son restos orgánicos cuyo ADN es coincidente con el patrón genético de Cristina Castro», agregó un investigador que, al igual que Cristina, prefirió evitar revelar el lugar de ese hallazgo.
Los fiscales Santiago Ulpiano Martínez, Andrés Heim y Horacio Azzolin anunciaron que para avanzar y profundizar la pesquisa sobre la presunta «desaparición forzada» de Facundo van a contextualizar la autopsia recibida ayer con los demás elementos incorporados a la causa e informes de diferentes organismos cuya producción se encuentra en curso.
El resultado de la autopsia a los restos encontrados el 15 de agosto pasado reveló que el joven de 22 años murió por «asfixia por sumersión» (ahogamiento) en el mismo lugar donde fue encontrado y que fue una muerte violenta aunque no se pudo determinar si fue por «accidente, suicidio u homicidio».
Los fiscales recibieron «con cautela» esas conclusiones y prevén contextualizarlas con los demás elementos de la investigación que ya constan en la causa y con otros que están pendientes, como el análisis de los teléfonos celulares secuestrados, el posicionamiento de los móviles policiales y de estudios oceanográficos que se van a realizar en la zona.
Es que los fiscales no encontraron aún respuesta «a innumerables interrogantes» sobre la actuación de determinados policías o sobre episodios relacionados con el expediente, entre los cuales mencionaron:
-El resultado de un peritaje sobre el teléfono de Siomara Flores, una de las policías mencionadas por la querella como responsable de la desaparición forzada, que reveló que borró todos los mensajes y dio de baja la aplicación Whatsapp el 8 de mayo, es decir 9 días después de la desaparición de Facundo.
-Ese mismo 8 de mayo, un móvil de la Unidad de Prevención de la Policía Local (UPPL) de Bahía Blanca (un Toyota Etios) permaneció durante 35 minutos detenido en proximidades del cangrejal donde tiempo después fue hallado el cadáver de Facundo. Este dato se conoció hace poco menos de un mes a raíz de un informe realizado por Asuntos Internos.
-El resultado tecnológico que reveló «gran cantidad de conexiones y comunicaciones» entre efectivos de la UPPL de Bahía Blanca con los policías mencionados por la querella.
-El hallazgo de una piedrita de «turmalina» que aparentemente pertenecía a Facundo en el baúl de ese Etios. La turmalina fue hallada por un perro adiestrado durante un peritaje y reconocida por la madre del joven. «Esa turmalina se la habían regalado a Facundo sus amigos que son dueños de la cervecería Turmalina, de Pedro Luro, y todos llevaban un colgante similar», dijo un investigador. «Ya se secuestraron las turmalinas de los amigos para ser peritadas con la que fue hallada en el baúl», dijo un investigador.
-El hallazgo de un amuleto (una pequeña sandía de madera en cuyo interior había una vaquita de San Antonio) que pertenecía a Facundo en un sector abandonado del destacamento policial de Origone.
-El hallazgo de la mochila de Facundo una semana después de haber sido encontrado sus restos óseos en el cangrejal, en cuyo interior fueron encontrados, entre otros elementos, los dos teléfonos celulares de Facundo y la ropa que llevaba puesta al momento en que quedó retratado en una foto cuando fue retenido por la policía.
-La desaparición de su documento de identidad. Facundo llevaba su DNI y se lo dio a los policías Mario Gabriel Sosa y Jana Curruhinca cuando lo demoraron en la ruta, en Mayor Buratovich, pero no fue encontrado luego dentro de su mochila, a pesar de que allí sí estaba su licencia de conducir.
-Los peritajes sobre las antenas telefónicas que revelaron que el teléfono de Facundo se activó el 1 de mayo en una antena próxima a la UPPL de Bahía Blanca.
Cristina Castro aseguró a Télam que «la causa sigue siendo contundente con la gran cantidad de pruebas que vinculan a la policía con la desaparición de Facundo».
«Yo no soy abogada, no sé de leyes, pero soy mamá. Sé que existen pruebas de lo que digo. Hemos descartado el suicidio y el accidente. Yo sé que lo mataron y estoy convencida que esta semana vamos a tener novedades importantes», finalizó la mujer.