La directora presenta "Los que vuelven", una película de terror a la criolla que llega este jueves a Cine.Ar. Dialogó con CLG en la previa del estreno
Por Mario Luzuriaga
La directora Laura Casabé pone su estilo propio para presentar una película de género muy especial. Se trata de «Los que vuelven», una historia de terror a la criolla, en la que toma diversos mitos y creencias populares de la región de Misiones y las vuelca en este incómodo relato.
El filme se estrena este jueves a las 22 y repite el sábado a la misma hora en la plataforma Cine.Ar. La realizadora dialogó con CLG acerca de su nuevo y espeluznante trabajo.
—¿La idea se basa en un cortometraje de tu autoría?
—En 2010 hice un corto autofinanciado junto con Lisandro Vera, quien es el guionista de la película, llamado «La vuelta del malón». Tenía la misma premisa de una revancha y fusionar el melodrama histórico y el terror rural; y hablar del proceso colonizador en Argentina post Conquista del Desierto. En ese momento el corto se situaba en La Pampa y hacía referencia a los indios Ranqueles, luego escribimos el largometraje y fue aprobado en 2013. Lo retomamos seis años después y lo retocamos porque tenía muchas escenas que presupuestariamente lo hacían inviable. Entonces nuestro productor, Alejandro Israel, conoce a Juancho Ferreyra, un productor misionero, y decidimos llevar la película de la llanura a la selva.
—¿Mantuvieron la premisa?
—Sí y fue medio de cero porque investigamos el proceso de colonización en esa zona en particular, la formación de los yerbales, del trabajo de los Mensúes. A partir de ahí apareció un protagonismo compartido y destrabó muchas cuestiones. Me resultó muy interesante trabajar en la selva y fue muy exótico. Pero lo que más me cautivó fue el momento preciso de Misiones y esa situación de choque cultural de ese momento.
—¿Estuvo tu intención de hacer la película tan incómoda para el espectador?
—Sí y me alegra mucho hacer eso y que lo hayas notado. Se pone más denso y el viaje se torna cada vez más oscuro y profundo. Mi premisa no era hacer una película de susto por decir de una manera, sino que es climática y atmosférica. Originalmente nació todo esto con la pregunta «¿Qué hay en la selva que acecha a la protagonista?», la idea fue contagiar esas sensaciones al público.
—Tu clase de terror apunta a algo distinto que lo tradicional, se asemeja más al terror de Roman Polanski.
—Absolutamente y es el terror que me formó y me surge de forma natural. Está todo muy ligado a esa clase de cine de fines de los 60 principios de los 70. Hay una revisión de ese cine de la mano de Robert Eggert, director de «La bruja» y «El faro», creo que se renovó el género y hay propuestas distintas y eso es lo que me gusta.