Se trata de la compra que había hecho su antecesora Patricia Bullrich, y que ahora será destinada a un sector especial de las fuerzas de seguridad. El debate se reflotó tras la muerte del policía Juan Pablo Roldán
El Ministerio de Seguridad, bajo la conducción de Sabina Frederic, decidió asignar al grupo de elite GEOF de la Policía Federal las 90 pistolas no letales Taser que compró su antecesora Patricia Bullrich para reprimir ciertos actos de violencia callejera, como el que le costó la vida al agente Juan Pablo Roldán.
Frederic autorizó su uso y ordenó que se dicte un curso especial de adiestramiento y se elabore un protocolo especial para su despliegue en determinados hechos delictivos. Se trata de una prueba piloto que ejecutará el GEOF, un grupo de elite de la Policía Federal que se despliega para misiones especiales y complejas.
Ya en diciembre de 2019, la ministra de Seguridad había dicho que las pistolas Taser pueden ser utilizadas solamente por cuerpos especiales de las fuerzas federales en caso de extrema gravedad como secuestro y toma de rehenes. No obstante, el jefe de Gabinete Santiago Cafiero sostuvo ayer que ese tipo de pistolas no está en estudio: «Nosotros vamos a seguir con nuestra línea».
Pese a los cuestionamientos públicos de Cafiero, el grupo GEOF de la Policía Federal será el que primero utilice las Taser. Luego le seguirán el resto de los grupos de elite como el Grupo Alacrán de la Gendarmería, el Grupo Albatros de la Prefectura y un sector especializado de la Policía de Seguridad Aeroportuaria.
En el gobierno aclararon que el uso de las Taser por parte de estos grupos de elite de las fuerzas federales se darán bajo “estrictas reglas de protocolo”, en espacios reducidos y bajo la idea que predomina en los cánones que imparte las Naciones Unidas.