Las islas siguen ardiendo del otro lado del río, a pesar de regulaciones y acuerdos. Parece no llegar la solución
Otra vez la misma imagen: las calles rosarinas y un manto de cenizas en el horizonte. Las islas siguen ardiendo del otro lado del río, a pesar de regulaciones y acuerdos. Y de este lado, el humo se apodera de la ciudad.
El olor, las cenizas, la nube de humo a lo lejos reflejan que en las islas el fuego sigue prendido. Luego de las lluvias que frenaron las llamas en su momento, esta semana volvieron a darse los incendios y la solución sigue sin llegar.
Las consecuencias, para la flora y fauna y para la salud de las personas, son amplias. Pero parece no importar, ¿hasta cuándo?