CLG recorrió las calles céntricas de la ciudad y habló con los rosarinos, quienes destacaron la falta de policías y el incremento de robos a cualquier hora del día
La inseguridad es una problemática de todos los días. Las noticias sobre robos, hurtos, salideras, escruches son recurrentes y parece que Rosario está cada vez más difícil de transitar. La gente, atemorizada, sale todas las mañanas con una doble atención: pensando en sus quehaceres y en no ser sorprendida por un delincuente.
CLG caminó el microcentro de la ciudad y dialogó con los vecinos, quienes presencian en primera persona cómo los delitos se apoderan de una realidad atravesada por la pandemia.
Generalmente los robos y hurtos son menores, es decir que se producen arrebatos de celulares o carteras, mientras que otro de los recurrentes ilícitos pasa por violentar comercios durante la noche, aprovechando la poca presencia de gente y policías.
Los rosarinos advirtieron la falta de presencia en los corredores comerciales y los «gritos y corridas» son habituales. «Hay muy poca presencia policial», señaló un vendedor de un kiosko céntrico que además planteó un incremento de hechos de inseguridad motivados por la pandemia.
El mismo aseguró que por la noche el centro rosarino «es tierra de nadie» y que los delincuentes «tienen tiempo de hacer lo que quieren».
Otro afirmó que los robos son habituales, pero en contrapunto con el anterior manifestó: «La pandemia no afecta a la inseguridad, ya es normal».
Entre las voces que dialogaron con este medio, un comerciante contó que en tan sólo 15 días ingresaron y robaron 4 veces a un local vecino.
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