A un año de las elecciones nacionales legislativas, estos comicios locales y regionales se consideran un test para la maquinaria electoral del Kremlin, en un clima de descontento por la caída de los ingresos y los problemas económicos
Los habitantes de casi la mitad de las regiones rusas eligen hoy a sus gobernadores y representantes en unos comicios regionales marcados por el envenenamiento del principal opositor Alexey Navalny –cuyos simpatizantes piden un «voto inteligente»–, una crisis económica agravada por el coronavirus y protestas en algunas regiones.
En 41 de las 85 regiones del país más grande del mundo, los votantes eligen a los gobernadores, las asambleas regionales o municipales y a cuatro diputados para el parlamento nacional, reportó la agencia AFP.
A un año de las elecciones nacionales legislativas, estos comicios locales y regionales se consideran un test para la maquinaria electoral del Kremlin, en un clima de descontento por la caída de los ingresos y los problemas económicos.
Las autoridades autorizaron que los comicios se celebren en tres días, desde el viernes y hasta el domingo, y en ocasiones con centros de votación al aire libre, oficialmente para limitar los riesgos del nuevo coronavirus, unas condiciones que según la oposición favorecen el fraude.
Para la presidenta de la Comisión Electoral Central, Ella Pamfilova, estas acusaciones «no son lo suficientemente objetivas y maliciosas».
Este año la campaña se destacó por la presencia de opositores, sobre todo en la ciudad siberiana de Novosibirsk, la tercera más poblada del país, donde una alianza de una treintena de candidatos independientes, entre los que figuran partidarios de Navalny, desafía al partido de Vladimir Putin: Rusia Unida.
Allí la campaña fue muy activa, con grandes carteles publicitarios con los rostros de los candidatos, sobre todo los de los nuevos partidos. Entre sus lemas, «¡Diles ‘No’!» o «Vota para cambiar el sistema».
Las elecciones regionales también son una ocasión para la oposición de poner a prueba su táctica de «voto inteligente», que consiste en pedir votar por el candidato mejor situado para hacer perder al del gobierno.
Esta táctica ya dio frutos el pasado verano en las elecciones municipales de Moscú, en las que Rusia Unida perdió muchos escaños, principalmente en favor de los comunistas.
Fue elaborada por Alexéi Navalny, el principal adversario del Kremlin que cayó gravemente enfermo en agosto mientras realizaba una gira por Siberia para apoyar a candidatos de la oposición e investigar sobre la corrupción de las élites locales. Está hospitalizado en Berlín.
Según los médicos alemanes, Navalny fue envenenado en Rusia con un agente nervioso del tipo Novichok, una sustancia creada por especialistas soviéticos con fines militares. El opositor de 44 años salió de coma el último lunes.
Alemania y Occidente han pedido explicaciones a las autoridades rusas y que lleven ante la justicia a los responsables. El Kremlin pone en duda la la versión del envenenamiento y denuncia acusaciones infundadas, pese a la amenaza de sanciones.