Por Agustina Murcho, licenciada en Nutrición (MN 7888/ MP 3196) especialista en trastornos alimenticios y creadora de nutricion.ag
Cada 13 de septiembre se celebra el Día Internacional del Chocolate, fecha elegida en honor al nacimiento del escritor Roald Dahl, conocido por ser el autor de «Charlie y la Fábrica de Chocolate», con el objetivo de celebrar este dulce hecho a partir del grano de cacao.
El chocolate es uno de los dulces más consumidos y Argentina es el país que más lo consume Latinoamérica con casi tres kilos al año promedio.
Su ingesta se realiza meramente por placer y no por hambre real. En algunos casos, porque nos da felicidad, en otros para evadir problemas, emociones o pensamientos: lo que conocemos como «hambre emocional». Las emociones se vuelven protagonistas en estos días. Tenemos que aceptar aquello que nos pasa y tratar de no volcarlo y traducirlo en comida.
Calmarnos con cosas que nos hagan bien, porque de lo contrario le estaremos enseñando al cerebro a comer cada vez qué hay una emoción que nos perturba, poniendo comida en la boca cuando el cuerpo no la necesita. Esto, sin duda, podría llevarnos a un atracón. Es por eso que su consumo debe ser moderado eligiendo un chocolate con mayor porcentaje de cacao.
Su ingesta tiene ciertos beneficios para la salud:
- Es beneficioso para el corazón: disminuye el riesgo de sufrir fibrilación auricular y arritmia, según un estudio realizado por la Universidad de Harvard.
- Alivia el estrés y mejora el humor: genera un aumento de la dopamina, conocida como la ‘hormona de la felicidad’, ayudando a brindar un bienestar emocional.
- Contiene antioxidantes y ácidos grasos mono instaurados que protegen a nuestras células del daño causado por los radicales libres, moléculas inestables de oxígeno que son consideradas como responsables del envejecimiento y de muchas enfermedades. Además, los flavonoides ayudan a prevenir las enfermedades del corazón evitando el congestionamiento de las arterias y nos previene de sufrir derrames.
- Disminuye el riesgo de accidente cerebrovascular.
- Comer una porción moderada de chocolate al día mejorará el flujo de sangre que llega a nuestro cerebro, por lo tanto mejorará el flujo sanguíneo de nuestras retinas, y como consecuencia mejorará nuestra visión.
El chocolate contiene una multitud de nutrientes como el manganeso, cobre, hierro, fibra. Además, grasas monoinsaturadas y saturadas y propiedades estimulantes gracias a su aporte de cafeína y teobromina.
Conozcamos los distintos tipos:
- Chocolate negro: lo ideal, es que tenga un 60 % mínimo de cacao, aunque el ideal es el chocolate al 70 %, si bien no a todos les gusta por la falta de azúcar que contiene. A medida que este porcentaje aumente, mejor será la calidad del chocolate.
- Chocolate con leche: la adición de leche al chocolate disminuye la concentración de sus principios y lo vuelve menos antioxidante. Para elegir un buen chocolate debemos buscar entre sus ingredientes los que aporten más cacao que azúcar o leche.
- Chocolate con frutos secos y cerales: contiene almendras, nueces, avellanas u otros frutos secos. Suele ser más energético y aporta más magnesio y fibra que el chocolate solo.
- Chocolate blanco: este es el menos saludable y natural al ser una mezcla grasa elaborada con azúcar, leche y manteca de cacao. Suele decirse que este tipo de chocolate no existe, que es 100% inventado.
Estando en casa y en un contexto estresante, el hambre emocional suele ser más recurrente. En estos casos y ante la necesidad de ingerir un chocolate o un alimento similar:
- No te prives de aquello que te genera placer. Esto, muchas veces, nos causa angustia. Ocurre muchas veces cuando la persona quiere comer sano y se angustia cuando ingiere otro tipo de alimento.
- Tratar de calmar la emoción haciendo algo que nos despeje, que no sea comiendo.
Lo recomendable es lograr un hábito de comida sana y evitar realizar dietas que pueden devenir en trastornos alimenticios, sin la necesidad de eliminar ningún alimento de nuestra vida.