El director y guionista estrena este miércoles en Netflix luego de que se postergara el debut debido a la pandemia. En la previa, dialogó mano a mano con CLG
Por Mario Luzuriaga
«Corazón loco» fue la primera gran producción cinematográfica argentina que se vio afectada con la llegada del coronavirus y su estreno fue postergada sin una fecha clara. Finalmente se pudo unir con Netflix para poder estrenarse en dicha plataforma y llegará este miércoles 9 de septiembre.
Dirigida y escrita por Marcos Carnevale, cuenta la historia de Fernando Ferro (Adrián Suar), un traumatólogo con una vida muy particular. Es un bígamo que pasa parte de su tiempo como padre de familia entre Mar del Plata junto a Paula (Gabriela Toscano) y sus dos hijas adolescentes; y en Buenos Aires junto a Vera (Soledad Villamil) y su pequeño hijo. Un evento desafortunado hace que Fernando deba confesar su verdad: el ama a las dos por igual.
CLG entrevistó a su director, quien comentó cómo se le ocurrió esta comedia que estará en boca de todos.
—Lamentablemente se nos hizo rogar el estreno debido a la pandemia. ¿Ahora cómo te sentís de poder hacerlo finalmente?
—Siento un enorme alivio porque estábamos a una semana de un estreno muy grande, con una promoción hecha, y de pronto ocurre lo que ocurre. Nos produjo una profunda desilusión quedarnos con la película en la mano, ver que la cuarentena se extendía y ver que la película no tenía una agenda precisa, generaba más angustia. Hasta que se concretó con Netflix y echa luz en un estreno mundial, que para mí como director es algo maravilloso.
—Si bien la pandemia te jugó en contra en estrenar a nivel nacional, sí te benefició para que la película adquiera relevancia mundial. ¿Eso te genera un desafío?
—Totalmente. Es una fortuna muy grande para cualquier director tener su producto en una ventana tan grandota como esta, y encima bajo el paraguas prestigioso de una marca como Netflix. Salís muy amparado, muy beneficiado y saber que al mismo tiempo la va a ver mucha más gente que hubiera pasado por las salas.
—Todas tus historias tienen que ver con los lugares comunes, el amor, la familia, la amistad, entre otras cosas. En esta oportunidad das un paso más allá con este personaje que estará en boca de todos.
—Lo que trasunta en las temáticas de todas mis películas es el factor humano. A mí me gusta mucho la humanidad de las personas, en todo lo que tiene que ver la complejidad de las mismas. El amor, la soledad, la vejez, la locura, la muerte, todo lo que te puede convertir en un ser humano me atrae. En este caso fue un planteo que nos hicimos con Adrián Suar de desviarnos de la picardía, del típico argentino que pudiera tener su esposa y a su vez una amante. Sino que fuimos a algo mucho más profundo y poner sobre la mesa si uno es capaz de amar a dos personas de igual modo, de verdad y qué pasa cuando eso ocurre. Vivimos en una sociedad con una cultura monogámica que no te permite tener ni dos, ni tres parejas, sólo una. Entonces ahí nos pusimos a trabajar al personaje y nos dimos cuenta que tenía que mentir, porque era una cultura que nunca lo iba a entender. Al estar enamorado, que es un hecho no racional y emocional, corría el riesgo de perder a una u otra si blanqueaba la situación o a ambas. Entonces decide mentir y el gran desafío era crear un personaje que no fuera antipático, para que fuera un tipo políticamente incorrectísimo, pero que es un psicópata y además era protagonista de la película.
—Es un tipo que se hace querer y llegan los planteos de los personajes que lo cuestionan.
—El personaje que hace Alan Sabagh es la mirada de un amigo, la mirada de todos nosotros los espectadores, es el tipo que le dice que está loco y enfermo.
—Hay varios casos que existen en la vida real cuando se hable de bigamia. Pero también lo que hace la película es llevar a uno a entender al protagonista.
—Claro que sí, hay gente, mucha más de la que creemos, porque cuando contaba que iba a hacer esta película, me llegaron casos de gente que hacía esta práctica. Ahora cuántos de esos aman a las dos personas, no lo sé, posiblemente sí; y si realmente las ama, no sé hasta qué cierto punto es cuestionable. Lo que sí es cuestionable es la mentira y es lo que lleva a estas dos mujeres es a no tolerar la mentira, más que a una infidelidad. Si te lo dicen de movida tenés la opción de elegir, pero cuando el engaño viene desde hace años, y más teniendo otra familia, es una estafa moral.
—¿Ya tenías elegidas a las actrices que acompañaron a Adrián Suar?
—En el momento de escribir el guión ya teníamos en mente que iban a ser ellas, eran dos colores muy definidos y porque son dos actrices tremendas que podían entender la complejidad de estos dichos. Ahí había que tener mucho cuidado porque ellas se «hermanan» por la causa y no se hacen amigas. Son tan opuestas, piensan y sienten distinto que hace que no se hagan amigas, pero sí se unen para la causa. Una parece entender lo que está ocurriendo y la otra no tolera la mentira.
—¿Qué es lo que más te gusta de la película?
—Me gusta el tono que tiene la película, la locura y la crudeza que tiene por momentos. Con Adrián dijimos «vamos a fondo»; tiene zonas muy zarpadas y muy delirantes que cruzan la línea pero trabajada desde lo verosímil. Es algo que podría ocurrir en la vida real, ir a fondo y no quedar en medias tintas.
—Por último, supongo que la pandemia te dejó una enseñanza a la hora de trabajar. ¿Cómo encararías tus nuevos proyectos?
—Yo creo que la incursión de plataformas como Netflix y tantas otras amplía las posibilidades de trabajo para los artistas. Son más pantallas para generar contenido, después me interesa mucho incursionar en el mundo de las series. Supuestamente en noviembre arranco a grabar una, igual todos dependemos del nuevo protocolo y lo que vaya ocurriendo con la pandemia. Es como que la pandemia aceleró un proceso. Creo que además de haber aprendido cosas a nivel personal, creo que nos generó una nueva forma de relacionarnos, de trabajar y un montón de cosas que antes no había. Lo que no cambia es la escritura, yo escribí durante toda la pandemia y eso siempre va a ser igual.