Bolsonaro, cuya nación figura entre las más afectadas en el mundo y ya registra más de 122.000 muertes y cerca de cuatro millones de contagios, volvió a causar estupor al comparar al virus con un chaparrón
El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, uno de los mandatarios más negacionistas de los efectos del coronavirus, reiteró este miércoles que «quien está bien de salud no tiene que preocuparse» por una enfermedad que está causando gravísimos estragos en el propio país que gobierna.
«Es como una lluvia. Si uno está con problemas, una lluvia causa una neumonía», diagnosticó el líder de la ultraderecha brasileña en una ceremonia oficial con profesores de educación física, una disciplina en la que él mismo se formó en una academia del Ejército, fuerza en la que ostenta el grado de capitán de la reserva.
«En mi caso, a pesar de mis 65 años, eso ayudó», dijo al insistir en que su preparación como «atleta» le permitió superar la Covid-19, que contrajo en julio pasado y que lo mantuvo 20 días recluido en su residencia, reseñaron medios locales y la agencia de noticias EFE.
Según Bolsonaro, esa preparación física debe ser parte de «la cultura» y fomentada desde la infancia, porque «estimulando la práctica deportiva luego se ayuda a gastar menos con la salud».
Pese al azote en el que se convirtió la pandemia en Brasil, que mantiene su poder de expansión poco más de seis meses después de que se registrara el primer caso, el gobernante minimizó los riesgos y en alguna ocasión llegó a calificarla como una «gripecita».
Sus posiciones han generado todo tipo de polémicas, reavivadas esta misma semana, cuando afirmó que «nadie» en el país será «obligado» a vacunarse cuando exista el antídoto.
Esa declaración causó nuevas críticas, pero aún así fue reforzada por la Secretaría de Comunicación de la Presidencia en un video en el cual se afirma que el Gobierno «invertirá en la producción de la vacuna», pero se aclara que «imponer obligaciones definitivamente no está en los planes».
Con 210 millones de habitantes y el virus en circulación, actualmente se experimentan en el país cuatro de las posibles vacunas.
El Gobierno, por su parte, ha invertido en los últimos meses millones de dólares para garantizar la adquisición de un primer lote de 100 millones de dosis de la vacuna candidata de Oxford y su eventual producción en Brasil.
El Gobierno regional de San Pablo, el estado más rico y poblado con 46 millones de habitantes, se sumó a esa acción y pactó una asociación con el laboratorio chino Sinovac para la importación y producción de la vacuna.
También apuesta a esa posibilidad el Gobierno regional del sureño estado de Paraná, que ha iniciado negociaciones con Rusia a fin de adquirir y producir en conjunto la vacuna Sputnik V, la primera en el mundo en patentarse, aunque sin haber pasado la correspondiente fase 3.