El abogado Martín Francolino, que lleva adelante la causa de Marcela Basteri, pedirá en Tribunales que el cantante mexicano venga a declarar al país
Un día de agosto en 1986 la madre de Luis Miguel tomó un avión desde Italia a Madrid y después de un mes desapareció. Desde entonces su caso es un misterio que le sacó el sueño a muchos, dado que nunca más se supo de ella. Sin embargo, trascendió que el abogado que actualmente investiga el caso, Martín Francolino, se presentará esta semana en Tribunales para pedir que el cantante venga a la Argentina a declarar y que la Interpol emita una alerta amarilla.
Tras 34 años en los que Flavia, Ada e Ivana Basteri, sobrinas de la madre desaparecida del «Rey Sol», no sepan nada de ella, Francolino confesó: «Ellas quieren saber dónde está su tía. Tienen derecho a llevarle una flor a una tumba o a irla a visitar al supuesto hospital donde estaría internada».
El día que desapareció, estaba acompañada por Sergio, el hermano más pequeño del artista que tenía 4 años en aquel momento. Si bien su desaparición llevó cientos de investigaciones exhaustivas por varios organismos de inteligencia, al 2020 sigue sin saberse a prueba cierta cual es el paradero de Basteri o si está muerta. Pese a las conjeturas, Francolino, que sigue con lupa el caso en su paso a paso, confiesa que para él se encuentra internada en el Hospital Neuropsiquiátrico Braulio Aurelio Moyano bajo el nombre de Horina Montes García.
A fin de argumentar sus dichos, el letrado aseguró: «Por las señas particulares, el color de sus ojos, algunos lunares en su cara, una cicatriz que tiene en la palma de su mano, un problema en el dedo de una de sus manos, y algunas cosas que habló y le contó a las tres mujeres que fueron a verla; estamos casi seguros de que esa mujer es Marcela Basteri».
En esa línea, aseguró que si bien realizó el pedido en el Juzgado Nº 10 de la Ciudad de Buenos Aires se habían negado porque sostenían que hay un informe psicológico en el Moyano que afirma que esa mujer de la que sospechan tiene esquizofrenia y las huellas dactilares coinciden con las de Horina Montes. «Nosotros creemos que en el momento en el que ingresó al país, eso se pudo fraguar», afirmó el abogado.