En la provincia se distinguen cinco regiones donde crecen especies autóctonas que se enfrentan a las inundaciones o sequías típicas de la zona
Este 29 de agosto Argentina celebra el Día Nacional del Árbol y más allá de que puede ser un día más en el calendario de las conmemoraciones, este año toma vital importancia en un contexto donde los incendios forestales, producto de la sequía y de la intencionalidad humana, arrasan con este recurso natural. Este sábado es fundamental para poner en valor la extensa vegetación que hay en nuestro país y particularmente en Santa Fe.
El doctor José Pensiero, ingeniero agrónomo, investigador del Conicet y profesor de la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional del Litoral, detalló cómo está integrado el mapa arbóreo de la región y las problemáticas que enfrentan.
«La vegetación de islas en particular posee una alta resiliencia, por lo que luego de un disturbio (sequía, inundación, fuego) se recupera relativamente rápido«, precisó ante el diario capitalino El Litoral.
El profesor explicó que en Santa Fe hay unas 2.000 especies de plantas y que en la bota provincial hay cinco territorios bien marcados: Pampa (en el sur), Espinal (centro), Chaco Húmedo (gran parte del centro-norte), Chaco Seco (extremo noroeste) y Deltas e Islas del Paraná (este). Cada uno de ellos presenta una vegetación característica, en especial los bosques que contribuyen positivamente a la ecológica y a lo social, cultural y económico.
Según las especies, añadió el experto, «se pueden cultivar con fines paisajísticos o ornamentales, o para el arbolado urbano o rural».
En la mayoría de las plazas y espacios públicos están ornamentados con especies provenientes de otros países como los pinos, cedros, robles, tilos, paraísos, chivatos, fresnos, ligustro, magnolias, que llegan desde Estados Unidos, Europa y Asía; o eucaliptos, robles sedosos o casuarinas, que tienen origen en Australia. De esta forma Pensiero advirtió que se ignora la «rica y variada» flora nativa que hay en nuestra región, aunque aclaró que «en los últimos años esta situación tiende a revertirse».
El Equipo Técnico Forestal Interistitucional (ETFI) de Santa Fe tomó la iniciativa y propuso un listado de especies autóctonas para el arbolado público provincial.
Las quemas, un factor más
El ingeniero aclaró que los incendios en esta región han sido «un disturbio más de la naturaleza» como las sequías o las inundaciones, independientemente de la intervención humana.
En este sentido, contó que la Asociación Argentina para el Manejo de los Pastizales publicó un documento que explica el fuego en las islas. «En dicho comunicado se menciona que las escasas precipitaciones, las intensas heladas, la marcada bajante del río, la disminución del stock bovino que ha permitido una mayor acumulación de biomasa, la sequía de los cuerpos de agua y arroyos internos, el incremento de las áreas urbano-rurales, y la intensificación del tránsito que genera residuos con materiales combustibles, son algunas de las causas que explican los frecuentes incendios en las islas», detalló en la entrevista.
De todas formas el profesor de la UNL destacó que la vegetación de las islas no se extingue con las quemas y que «posee una alta resiliencia, por lo que luego de un disturbio (sequía, inundación, fuego) se recupera relativamente rápido».
Sin embargo aseguró que los «incendios han sido originados por el accionar humano irresponsable, accidental o intencionalmente». Sobre el último caso, solicitó que los «organismos gubernamentales competentes, y la justicia, tomar las medidas necesarias para identificar y juzgar a los responsables».
«En principio, resulta falso atribuir la totalidad de la responsabilidad a los productores ganaderos. Si bien muchos ganaderos utilizan, en algunos pastizales, el fuego como técnica de manejo, en general lo hacen a la salida del invierno, principio de primavera y a veces en otoño, con la finalidad de eliminar la biomasa seca de las plantas forrajeras y posibilitar el rebrote que es de mayor calidad. Por otra parte, una quema indiscriminada como algunas de las ocurridas, difícilmente la haga un productor ya que dañan sus instalaciones (aguadas, alambrados, corrales), y hasta su propia vivienda y animales», aseveró textualmente el ingeniero.
Respecto a la preservación de los humedales, Pensiero contempló que sería una medida «fundamental para asegurar la provisión de importantes servicios ambientales, actuando como proveedores y reservorio de agua, mejoran la calidad del agua, amortiguan las inundaciones y la erosión costera, recargan los acuíferos, retienen sedimentos (entre ellos los tóxicos), son el hábitat de una importante fauna y flora nativa, y nos brindan hermosos ambientes de interés paisajístico para la recreación y el turismo».
¿Qué dice la ley?
A pesar de haber casi 10 proyectos de leyes para cuidalos los humedales, el experto descartó que una legislación «por más completa que sea, va a asegurar la protección de los humedales», ya que como antecedente las leyes que existen, sean nacionales o provinciales, nunca fueron aplicadas o tienen escaso control de las autoridades.
Un ejemplo claro es la Ley provincial 11872/2000, en su Artículo 1 dice: «Prohíbase en todo el territorio provincial el desmalezamiento por medio del fuego y la instalación de cualquier tipo de depósito a cielo abierto». En la misma advierte que el Ministerio de Ambiente y Cambio Climático es el órgano de control.
Santa Fe el manejo y la explotación de los bosques nativos está regulada por la Ley Nacional Nº 26.331. «En el marco de esta ley se fomenta el enriquecimiento de nuestros bosques con especies forestales nativas. Al presente, la aplicación de esta ley ha sido escasamente aprovechada en nuestra provincia con dicha finalidad», resolvió.
En nuestra región, según el especialista, se puede enriquecer bosques de algarrobo blanco, algarrobo negro, espina corona, guayacán y guayaibí.
Región por región: qué árbol son autóctonos de Santa Fe
- Deltas e Islas del Paraná: Horquetero; Ingá, Laurel del río; «Oreja de negro; Sangre de Drago; Sauce; Ceibo; Timbó blanco.
- Chaco Húmedo: Alecrín; Espina corona; Guayacán; Guayaibí; Lapacho rosado; Mistol; Palo piedra; Quebracho colorado santafesino; Tatané; Urunday; Viraró.
- Chaco Seco: Brea; Itín; Quebracho colorado santiagueño.
- Espinal: Algarrobo blanco; Algarrobo negro; Aromito; Chañar; Cina cina; Curupí; Ñandubay; Quebracho blanco.
- Pampa: se caracteriza por la ausencia de áreas boscosas, pudiéndose hallar pequeños bosquecitos relictuales de Tala y algunas especies de Algarrobos en las proximidades de ríos y arroyos.