Fue realizado en campamentos de menores en Barcelona y es uno de los más amplios a nivel internacional. Contradice dichos previos, que afirmaban que los chicos eran una de las principales fuentes de contagio
Desde el inicio de la pandemia, se ha dicho en repetidas ocasiones que los menores son uno de los principales vectores de contagio de Covid-19. Por eso, las escuelas de todo el mundo fueron las primeras instituciones en cerrar y en muy pocos países se han reabierto. Sin embargo, uno de los estudios más amplios realizado a nivel internacional concluyó que los niños contagian mucho menos que los adultos.
La tasa de contagio del coronavirus en los menores es hasta seis veces menor que en los adultos, con un número de reproducción local del 0,3, muy inferior al de la población general que se sitúa entre el 1,7 y el 2.
La investigación que ha demostrado que los menores transmiten el virus mucho menos que las personas mayores, fue desarrollado por el Hospital Sant Joan de Déu en 22 campamentos de verano de Barcelona. Fue realizado durante cinco semanas con 1.905 participantes en condiciones de convivencia similares a las de un colegio.
Los investigadores rastrearon los contactos de los 30 casos de coronavirus pediátrico que identificaron entre los niños participantes. Estos habían estado en contacto con 253 menores, de los cuales solo se contagiaron 12.
¿Es seguro reabrir escuelas?
La investigadora principal del estudio, Iolanda Jordan, afirmó: «Nuestro trabajo, en definitiva, lo que hace es dar pistas para abrir las escuelas en septiembre de una forma segura y controlada, aplicando medidas como las que se han implementado en los campamentos de verano».
Entre las medidas para reducir los riesgos de contagio, citan lavado de manos frecuente y protocolizado (cinco o más veces al día), grupos reducidos, uso de mascarilla y actividades principalmente al aire libre.
«La distribución de niños y niñas en grupos burbuja, tal como se ha hecho en los campamentos de verano, se ha mostrado eficaz para contener la transmisión de la infección, para facilitar la trazabilidad de los contactos y para permitir la cuarentena selectiva», apuntó Jordan, y añadió: «Esto no excluye que un sistema con grupos más grandes no pueda funcionar correctamente».
Otro de los hallazgos del estudio es la fiabilidad de los tests en saliva, mejor tolerados que las pruebas nasofaríngeas, y «especialmente relevante para las personas a las que se les debe repetir a menudo la prueba y especialmente para los niños», apuntaron los investigadores.