Desde hace casi 30 años, el grupo de fanáticos canallas está en el aire de la radiofonía de Rosario
«El Puente Canalla» es el programa de fútbol partidario más antiguo de Rosario, con 29 años ininterrumpidos en el aire de la emisora TL 105.5 Rock Nacional, y que además de su seguimiento a Central se destaca por incluir actividades para ayudar a la inclusión social.
El programa comenzó en febrero de 1991 y, «en esa época no había programas partidarios y se nos ocurrió hacer uno en la TL, la radio que tenía dos años. Nos dijeron que lleváramos un demo, pero ni sabíamos qué era, así que grabamos un casette en un grabador enorme, de esos que llevaban seis pilas grandes y era un presupuesto, y así arrancamos», recuerda Humberto Glavinich, más conocido como el «Chino Nosky», un rosarino de 53 años del barrio Belgrano, y que, como canta «Fito» Páez, se define como «canalla desde mi más tierna edad».
«Somos el programa decano de los programas partidarios y el más viejo de la radio. En aquella época fuimos a hacerle una nota a (el director técnico de Central, Vicente) Cantatore a un hotel de la calle San Lorenzo y como nos quedamos sin pilas le dijimos al pianista: `Maestro, ¿podemos enchufar el grabador?`. Entonces hicimos la nota con el piano de fondo», rememora el «Chino Nosky».
«El Puente Canalla» tenía en sus comienzos una sección que marcó una época, en la que hablaban los detenidos en las comisarías, y que se llamó «El espacio tumbero», que empezó con el «Súper Agente Mawen Smat», un personaje creado por el Mauri, un amigo que ya no está con nosotros, que empezó a sacar por teléfono a los pibes que estaban privados de la libertad en las comisarías. Entonces buscaban un teléfono público y desde ahí mandaban saludos de los pibes que ‘estaban en Cana(dá)’ a sus familiares y amigos».
Nosky revela que «El Puente no es solamente un programa de radio sino que es un espacio que genera un montón de movidas sociales, como los saludos recordatorios a todos los canallas que están en `La tercera bandeja` (la del cielo, porque el Gigante de Arroyito tiene dos bandejas), la cadena Canaya de Favores, el trabajo social en el Clusito (una subsede del club en Arroyito), la bandera más grande del mundo, el «Aldomóvil» (un barco con una cara del prócer canalla Aldo Pedro Poy con el que cada año celebran la palomita del 19 de diciembre de 1971) y el primer festejo del Día del Niño, que hicimos con otros programas partidarios y les regalamos remeras a todos los pibes y pibas».
A la hora de las anécdotas, Nosky cuenta: «Al principio aparecieron los sábados unos hinchas del otro equipo, que nos bardeaban con mensajes porque nosotros siempre salimos los domingos, entonces un día nos plantamos y les dijimos: ‘Muchachos, vamos a cortarla con esta boludez. Ponemos cuatro sogas, armamos las peleas por peso y lo arreglamos de la forma más justa. ¿Sabés que pasó? Abandonaron y no hicieron más el programa».
El «Chino» elige la anécdota del día que el ex arquero de Central, River, Barcelona y la selección Roberto Bonano fue al programa: «Tito estaba rebajoneado porque estaba lesionado, entonces vino varios programas a atender el teléfono y hasta le prestamos una bicicleta para la rehabilitación porque la que tenía era un desastre. Hasta que un día apareció uno de los pibes y descargó un matafuego en el estudio de la radio, hizo la Gran Abelarda (del Negro Olmedo) y Tito nos dijo ‘Ustedes están todos locos` y no vino más».
El programa les permitió viajar con Central por el continente. «Cuando jugamos la Copa Master en Manaos, nos metíamos en el hotel de Central, al lado del río Negro, y nos cambiábamos con ropa del club en el fondo, donde nos metíamos en la pileta y pasábamos como integrantes de la delegación y hasta íbamos a las fiestas. Un día nos pusimos al lado de (el director técnico «canalla») don Angel (Zof) y hacíamos de traductores. Entonces les decíamos a los periodistas brasileños que el (volante defensivo Cristian) «Cuis» (Daniele) era el jugador más peligroso del equipo y que había sido convocado a la selección, y esto salió publicado al otro día en un diario de Manaos», rememoró.