Se realiza desde el 2015 en Buenos Aires, con el propósito de reducir las crisis y la ingesta de medicamentos que ocasiona la enfermedad
Médicos del Hospital Italiano de la Ciudad de Buenos Aires realizan desde 2015 una cirugía de estimulación cerebral profunda para pacientes con epilepsia única en Latinoamérica que logra reducir las crisis y la ingesta de medicamentos en la mayoría de los casos de esta enfermedad que afecta al 1,2% de la población de Argentina.
«Este tipo de cirugía se llamaba neuromodulación, ya que uno coloca un electrodo en un núcleo de neuronas y con estimulación eléctrica se inhibe la conexión anómala», dijo a Télam Carlos Ciraolo, Jefe de la sección de Neurocirugía Estereotáctica Funcional del hospital y aclaró que se trata de un «tratamiento mínimamente invasivo».
La intervención consiste en colocar dos electrodos, uno en cada hemisferio del cerebro, en un núcleo llamado núcleo anterior del tálamo.
Estos electrodos se conectan por medio de unas extensiones o cables a un generador de impulsos eléctricos o neuroestimulador que puede ser colocado debajo de la clavícula o en la zona abdominal.
Según precisó Ciarolo, en Argentina se calcula que el 1,2% de la población tiene epilepsia, que serían alrededor de 500.000 personas.
«El 20% de las personas con epilepsia es refractaria a la medicación, es decir, que por más que tome la medicación no le permite erradicar las convulsiones», explicó y agregó que «de esos pacientes, un 40% son candidatos posibles de cirugía para dejarlos libres de crisis o bien bajarles la cantidad».
La intervención puede ser curativa o paliativa y tiene como beneficios la reducción de las crisis de epilepsia, la disminución de la ingesta de medicamentos, el control o mejoramiento en el compromiso psico-cognitivo y una mejoría de la situación psicosocial y calidad de vida del paciente.
En todos los casos la mejora no sólo depende de la estimulación, sino también de la combinación con la medicación, explicaron desde la institución médica.
El neuroestimulador es encendido luego de unas semanas de la cirugía y se va controlando y ajustando la programación de estos impulsos eléctricos según cada caso particular.
«Desde hace 5 años, atendimos ya a 7 pacientes que están llevando el tratamiento y somos los únicos que lo hacemos en en Latinoamérica. Tuvimos muy buenas respuestas, similar a otros centros del mundo donde también se hace», aseguró Ciarolo.
Nicolás Husson, tiene 27 años y padece epilepsia desde los 7, por eso hace dos años se sometió a la cirugía tras «toda una vida con medicación y crisis».
«Sentí que la cirugía era lo mejor, una oportunidad para mejorar. Acepté inmediatamente porque es una cirugía a largo plazo», aseguró y agregó: «me sentí bien después de la cirugía, estuve 4 días internado y al quinto día quería irme y comer un asado».
«Me hicieron una radiografía para ver exactamente en qué lugar poner los electrodos en el cerebro. Es como un marcapasos, con dos cables al tálamo del cerebro», explicó.
«El tiempo no se me pasa como antes. Estoy mejor, tengo menos crisis que antes y puedo hacer cosas que antes no podía como por ejemplo andar en moto en Ushuaia», contó el joven sobre sus vacaciones en Tierra del Fuego.