El hecho sucedió en una zona rural de la pequeña población de Santa Catalina. La masacre perpetrada en Samaniego es la tercera en menos de una semana
Al menos nueve jóvenes fueron asesinados en zona rural de la pequeña población de Santa Catalina, jurisdicción del municipio de Samaniego, departamento de Nariño, sur de Colombia.
La matanza ocurrió cerca de las diez de la noche del sábado, cuando un grupo de jóvenes, de entre 17 y 26 años, estaba reunido en una casa de campo de la vereda (aldea) de Santa Catalina, del municipio de Samaniego, hasta donde llegaron hombres armados que les dispararon.
Unas horas antes de la masacre, una adolescente había sido asesinada a tiros en la misma zona, crimen que se suma al de los ocho muchachos.
El gobernador de Nariño, Jhon Rojas, apuntó que la presencia de grupos armados en el departamento viola el Derecho Internacional Humanitario (DIH), además afirmó que ello “sume en el terror a comunidad”.
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— Jhon Rojas Cabrera (@jhonrojasca) August 16, 2020
“Nuestras condolencias a los familiares de los ocho jóvenes asesinados anoche en Samaniego, también a la familia de una adolescente ultimada en horas de la mañana. Registramos en dos meses más de 20 homicidios en Samaniego”, expresó.
Por su parte, el presidente de Colombia, Iván Duque, condenó los hechos, e informó que desde la madrugada arribaron a la zona elementos del ejército y de la Policía Nacional. “Vamos a llegar al fondo y dar con los autores de este crimen”, agregó.
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Esta dolorosa masacre muestra el recrudecimiento de la violencia en el país sudamericano. Hasta el momento, se desconoce a los autores del crimen y ante la falta de respuestas el gobierno apunta al narcotráfico.
«Estamos ante organizaciones criminales que actúan con sevicia y sin ningún tipo de respeto, que solo están interesadas en lucrarse de sus negocios criminales y destructivos como el narcotráfico. Por eso, para este gobierno es prioridad acabar con ese negocio maldito», señaló el ministro de Defensa Carlos Holmes Trujillo.
Tercera masacre en una semana
Esta nueva masacre es la tercera en una semana. La violencia no da tregua y la herida no cierra. La comunidad de Cali, principal ciudad del suroeste de Colombia, sigue velando a los cinco adolescentes que fueron acribillados y torturados cuando estaban en un cañaveral.
Un suceso que ocurrió tan solo unos días después de que dos estudiantes fuesen asesinados en la localidad de Leiva, cuando iban de camino a la escuela para entregar unos deberes. Ante tanta masacre, la pregunta que está sobre la mesa es qué está pasando en el país.
El mes pasado, la organización Human Rights Watch (HRW) advirtió que los grupos armados ilegales han impuesto un régimen del terror en al menos once regiones de Colombia aprovechando la crisis del coronavirus para cometer todo tipo de abusos contra la población civil.
Desde que, en 2016, se firmase el acuerdo de paz entre el gobierno de Juan Manuel Santos y la guerrilla más grande del país, las FARC, la violencia había disminuido. En 2019, la tasa de homicidios fue la tercera más baja desde 1976.
Pero son muchas las voces que acusan al gobierno de dejar que grupos paramilitares y guerrillas hayan ocupado el espacio que dejó las FARC tras el acuerdo de paz.