La Cámara Industrial Naval Argentina advirtió que una empresa que transportará combustible pretende comprar 6 barcos pero que los mismos se construyan en Paraguay, situación que golpearía a la industria naval nacional
En los últimos días recrudeció un conflicto naviero en el puerto de San Lorenzo. Trabajadores y la Cámara Industrial Naval Argentina (CINA) denunciaron a la empresa Horamar, que pretende hacerse cargo del transporte de combustible de YPF desde la ciudad santafesina hasta Barranqueras, en la provincia de Chaco. De hecho, CINA hizo la presentación en la Oficina Anticorrupción en octubre de 2019. El conflicto se centra en que la empresa licitó el corredor fluvial y propuso en el mismo seis barcos, que serán construidos en Paraguay. Por esto último, el Sindicato Unido Petroleros e Hidrocarburíferos y la Cámara Industrial naviera rechazaron la implementación del convenio. Ambas se contraponen a la construcción de los buques en un país vecino ya que advierten que se pueden construir en nuestro país.
«Nos parece totalmente arbitrario que siendo YPF una empresa estatal no priorice la construcción en Argentina porque eso significa un impacto totalmente negativo para la Industria Naval Argentina y en la generación de empleo«, sostuvo Silvia Martínez, presidenta de la Cámara de Industria Naval Argentina, ante CLG.
La mujer indicó que hay cuatro empresas santafesinas que pueden realizar las naves y que ante la decisión de llevar el ensamble a tierras guaraníes se ven claramente afectadas. «El trabajador y su familia consumen, viven acá y pagan sus impuestos acá. No es posible que ante una licitación de esta magnitud se de un trabajo en el exterior y no en el propio país», explicó Martínez.
La presidenta de CINA pidió la revocación de la licitación o que «pongan como condición que se construyan las embarcaciones» en Argentina. Ante la primer opción advirtió que «es posible» porque la licitación fue llamada con dos años de anticipación, pero que fue «adjudicada anticipadamente ante el resultado de las Paso 2019» y que eso llevó a perjudicar a la Industria Naval.
«Esto es puramente defensa de la soberanía, de los intereses argentinos. Hicimos la denuncia, pero el gobierno anterior encajonó la causa. Ahora la volvieron a ver y están investigando», argumentó la titular de la Cámara Naval.
En diciembre, contó Silvia, la Justicia indicó a YPF que no innovara, es decir que la empresa le debía notificar a Horamar que no comience con la construcción de los barcos. Pero la notificación nunca llegó. En marzo, volvieron a reiterar el pedido para la petrolera que desconoció lo dictado por el juez y la empresa adjudicada con la concesión nunca recibió las novedades. Lo que deriva en una mayor indemnización pretendida por Horamar u otros implicados en la negociación.
Martínez volvió a ratificar la defensa de la industria y del trabajo nacional y agregó: «En estos momentos, el país está atravesando una situación muy difícil y para salir adelante tenemos que hacerlo juntos«. La CINA habló con todos los funcionarios involucrados por jurisdicción que le dieron el aval a la denuncia, pero la presidenta aclaró que sólo hay tres estamentos que pueden resolver el conflicto: la Justicia, el presidente de YPF o el presidente de la Nación «dictando un decreto simple».
En este sentido indició que el Poder Ejecutivo ya «está analizando» la denuncia y que le facilitaron toda la información pedida.
La licitación «no es arbitraria», manifestó la mujer, ya que es parte de una serie de antecedentes sobre los armadores de barcos que son construidos en Paraguay y son ingresados al Mercosur con «cero arancel«, esto significa, resolvió Silvia, «la muerte de todos los astilleros en Argentina».
«Nosotros como Cámara y representantes de las pymes nos podemos bajar los brazos nunca porque a ser pequeñas y medianas empresas estamos obligados a sostener el personal», añadió y expuso que presentaron un proyecto entre astilleros, la Federación de los gremios y la Cámara de Armadores argentinos para impulsar la construcción de navíos y la modernización de areneros nacionales. «Con poco, hay nichos para poner de pie la industria en la Argentina«, concluyó.
En este sentido, explicó que hay areneros que datan de 1906 o flotas pesqueras a recuperar para recuperar la participación de la bandera argentina en la hidrovía. Además afirmó que el país pierde entre «5 mil a 7 mil millones de dólares por año por no tener un buque de marina mercante«. En consecuencia, marcó que ante la necesidad de alimentos por parte de los países limítrofes al norte argentino es una «oportunidad estratégica».
Además del transporte de pasajeros y la industria naval, «la niña mimada» es la carga, contó Martínez: «La carga tracciona y dirige al puerto los productos o materia prima que va a llegar a través de un medio de transporte y eso justifica la existencia de una industria fuerte como supo ser la industria naval«.
Por último, Martínez aseguró que la cámara que preside junto con el Centro de Patrones tenemos un proyecto de innovación para la construcción de un remolcador con propulsión a gas: «Entendemos que todos los transportes tienen que ir a las energías limpias y no solo por el cuidado del medio ambiente sino también porque este combustible alternativo produce una reducción de costo logísticos en el orden del 62%».
Con esta iniciativa, uno de los grandes costos que es el combustible se reduce notoriamente y se «anima a inclinarse a las energías limpias».