A partir del trabajo de los músicos del espacio “Canción Urgente”, nació esta organización donde confluyen también docentes y trabajadores sociales que articulan con organizaciones barriales para asistir en las necesidades que emergen en pandemia
Por Diego Carballido
Desde hace varios años, el colectivo de músico que conforma “Canción Urgente” viene realizando actividades que tienen que ver con el compromiso social de los artistas, principalmente con los sectores vulnerables de la ciudad. Uno de sus integrantes es el músico Ezequiel “Choza” Salanitro, que en diálogo con CLG compartió la génesis de esta otra organización denominada “Manos Urgentes”.
«Es un espacio que se construye como una especie de vértebra de Canción Urgente, donde no solo hay músicos, sino también hay docentes, psicólogos y gente que trabaja desde otro lugar, con una voluntad de acompañamiento solidario», contó Salanitro. «La idea fue separarlo un poco del otro espacio que tenía una mirada más musical, y Manos Urgentes tiene un trabajo más concreto sobre el territorio», agregó el músico.
«Es un espacio que surge de la emergencia como resultado de la pandemia, que se organiza y se constituye desde ese lugar”, aclaró Salanitro.
El “Choza” es docente de música en la escuela Nº 825 “Leopoldo Herrera”, en el barrio Parque Casas, donde comenzó a diagramar con los docentes del establecimiento las primeras acciones de Manos Urgentes. Fue también lo que relató Gimena Porzio, docente de la misma escuela, en comunicación con CLG. «Somos varios compañeros de diferentes disciplinas, algunos somos docentes pero también hay músicos y trabajadores de diferentes rubros con los que pudimos ampliar la mirada y empezar a realizar un trabajo más de organización y recorrida en el barrio Parque Casas. Ya que empezaron a emerger las necesidades producto del impacto de la pandemia, donde muchos trabajos se cortaron y donde se empezaron a ver más las demandas alimenticias», explicó Porzio.
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La docente detalló que desde Manos Urgentes asisten, asesoran y acompañan las urgencias que se presentan en el barrio. “De alguna manera, articulamos con diferentes organizaciones y empezamos a referenciar a las familias de las escuela con los distintos comedores y merenderos que funcionan en la zona», detalló Porzio y aseguró: «En la escuela se entregan bolsones, que se envían desde el Ministerio, pero sabemos que son escasos en cantidad de alimentos y en calidad nutricional».
Porzio afirmó que: «Se abrieron nuevos comedores, o en los que ya funcionaban se registró una mayor demanda, por lo que empezamos a articular con el Banco de Alimentos Rosario junto con la búsqueda de donaciones de empresas. Además, de las campañas que realizamos de forma particular, donde la gente se va solidarizando», con el objetivo de suplir la demanda de alimentos que aumentó en los últimos meses.
Respecto al alcance de la organización, Salanitro compartió que lograron articular con “24 espacios que están en toda la ciudad”. El músico aseguró que las acciones de Manos Urgentes han llegado «desde el extremo de la zona sur, pasando por el oeste y en la zona norte más cercana a la escuela”, así como también han realizado actividades en el barrio La Bombacha, La Lagunita y Tío Rolo.
«Empezamos a acercar a esos espacios las herramientas con las que disponemos, relacionadas, por ejemplo, con la gestión ante Desarrollo Social o el Banco Alimentos de Rosario, con la idea de que cada espacio logre su independencia y no con la intención de convertirnos en grandes distribuidores de alimentos», explicó Salanitro.
Particularmente, al referirse a la realidad en el barrio Parque Casas, Gimena Porzio dijo: «La pandemia también impacta sobre el sistema educativo ya que se empieza a trabajar en una suerte de educación virtual, cuando en el barrio faltan recursos de conectividad o no tienen ni para comer». Es por esto que desde Manos Urgentes comenzaron a articular con el comedor “Los Peques de la Travesía” y el Maciel Bochin Club un ciclo de clases de apoyo que debieron interrumpir por el agravamiento de la situación de la pandemia. «Vamos a retomarlos cuando el número de casos baje un poco, porque la idea es continuar con este tipo de movidas», aseguró la docente de la escuela Nº 825.
Al respecto, Salanitro agregó: «Nos estamos vinculando también con la Biblioteca Fontarrossa, los clubes y otras instituciones del barrio para armar una red de información y contención que tiene que ver con la necesidad de que a la gente le llegue mínimamente la información necesaria para que sean respetado sus derechos».
Finalmente, el músico rosarino invitó a participar del nuevo espacio a todos aquellos que quieran colaborar con la tarea que este grupo de voluntarios viene realizando y reflexionó respecto al contexto que se vive: «La pandemia expone el vínculo lineal que tiene la solidaridad, cuando te das cuenta que una vecina hace una olla y a los dos días el vecino hace otra y se comparten las comidas, conformándose esta especie de ceremonia donde en las misma cuadra se cocina tres o cuatro veces. Donde la misma comunidad se organiza desde un punto de vista lineal, sin la caridad del Estado o de un señor feudal que te tira lo que le sobra, me parece que es un gesto para destacar. La gente es solidaria de igual a igual, cuando tiene solo dos pares de zapatillas y una se la da al vecino».
«También esta situación puso de manifiesto las carencias del Estado, porque mientras que por televisión se nos pedía que nos lavemos las manos, hay lugares donde todavía no hay agua. Y hablo de Sorrento y Casiano Casas, no hablo del impenetrable chaqueño o Senegal. Ahí también es necesario hacer un mea culpa», concluyó Salanitro y adelantó también se encuentran trabajando en una serie de posdcast radiales con contenidos educativos destinados a los alumnos de escuelas de zonas vulnerables de la ciudad, donde les resulta difícil el acceso a la conectividad por la falta de recursos. .