Este jueves se estrena este filme protagonizado por Rodrigo de la Serna y habla de la cacería ilegal entre otras cosas. CLG dialogó con su director
Por Mario Luzuriaga
La cacería ilegal es un tema que el director Francisco D’Eufemia lo pone en la pantalla grande. «Al acecho» es un thriller protagonizado por Rodrigo de la Serna, en el que interpreta a un cuestionado guardaparque que se topará con varias prácticas ilegales dentro del Parque Pereyra Iraola.
La película se estrena este jueves a las 22 y repite el sábado a la misma hora en la señal y plataforma Cine.Ar.
CLG dialogó con el realizador de la película, quien cuenta su experiencia durante el rodaje.
«Confluyen varias cuestiones para filmar una película así. El primero de ellos es el lugar, conocerlo, y siempre me atrajo porque vivo cerca, en los que conviven vestigios de un pasado colonial; que de alguna manera han quedado algunas ruinas, pero la aproveché para el desarrollo de los personajes», inicia D’Eufemia.
La película adentra al espectador en las entrañas de este parque, que tiene como finalidad la recreación, para luego convertirse en algo mucho más complejo y oscuro.
El director cuenta que lo que hizo es que el público pueda ver el espíritu del parque, no hay que olvidar que el mismo fue el gran patio de juegos de la familia Pereyra Iraola, en la que hay puentes, construcciones desde hace 200 años, y es interesante porque es un monte que tiene diferentes hitos que pueden recorrerse.
Con respecto a la fauna que habita el lugar, que hoy día está ubicado muy cerca de zonas urbanas, el director apunta que no solo la película está al acecho, sino también los intereses que hay para con el parque. «Cada vez hay muchos barrios privados que lo rodean, hay mayores acciones de tala y caza furtiva; y los guardaparques trabajan a destajo, pero el nivel de integración que tiene lo hace bello y marginal a la vez», explica.
«El parque asusta porque estás sumergido en él, tu visibilidad es reducida, hay ruidos que te rodean y lo que queríamos transmitir es la sensación de inseguridad cuando estás ahí, un lugar desconocido; y por otro lado es que el espectador pueda recolectar la información a medida que el personaje lo va haciendo», manifestó.
Por último dijo: «Tenemos que ser responsables de nuestros actos. El juego alrededor de eso es muy rico, con una dinámica universal y humana. Jugar con eso me parece fructífero para construir los personajes».