El país registró más de 6.000 contagios en un día
El gobierno de Filipinas volvió a poner en cuarentena este martes a un cuarto de la población del país y anunció más de 6.000 nuevos casos de coronavirus en la jornada, un récord para todo el Sudeste Asiático, mientras que la ONU aprobó un plan de ayuda humanitaria de 120 millones de dólares.
En las últimas 24 horas se registraron 6.325 nuevos casos de la Covid-19, casi la mitad en Manila con 3.139, y 11 muertes, informó del Departamento de Salud filipino al caer la noche. En total, desde el inicio de la pandemia, Filipinas acumula 112.593 personas contagiadas, 66.049 recuperadas -240 el último día- y 2.115 decesos por el nuevo virus.
A partir de este martes, la capital, Manila, y cuatro provincias colindantes, Bulacan, Rizal, Cavite y Laguna, ingresaron en cuarentena estricta por 15 días, con restricción de desplazamientos, excepto para trabajadores esenciales y para comprar alimentos y medicamentos. Además de la suspensión de transporte público, volvieron a cerrar las oficinas gubernamentales, empresas, consorcios y restaurantes.
En total, son 27 millones de habitantes en aislamiento, lo que implica una cuarta parte de la población de Filipinas y el 67% de la actividad económica. El gobierno advirtió que esta nueva etapa no podrá prolongarse más allá del 18 de agosto, debido al grave impacto económico y social que implica la medida, ya que millones de familias acostumbradas a vivir con los justo sufren hambre.
En concreto, el 16,6% de la sociedad filipina se encuentra por debajo del umbral de la pobreza. En este contexto, la ONU aprobó un plan de ayuda humanitaria de 120 millones de dólares para Filipinas, el mayor para el país desde el supertifón Haiyan de 2013, con el que pretenden prestar asistencia a 5,4 millones de personas desfavorecidas, informó la agencia de noticias EFE.
Pese a que el país impuso uno de los confinamientos más largos y estrictos del mundo -de cinco meses en Manila-, desde marzo no halla la manera de doblegar la curva de contagios. Algunas causas son las deficiencias en testeos y rastreo de contactos.
Pero fue a partir de junio, cuando el presidente Rodrigo Duterte ordenó el inicio del desconfinamiento, que el número de afectados por el virus aumentó abruptamente. Aunque en un primer momento el mandatario mostró resistencia a dar marcha atrás, se vio obligado a establecer la medida de aislamiento nuevamente.