El atleta santafesino que compite en salto con garrocha dejó sus sensaciones después de tres meses de suspensión por la pandemia
El atleta santafesino Germán Chiaraviglio, finalista en los Juegos Olímpicos Río de Janeiro 2016 y en el Mundial de Pekín 2015 en salto con garrocha, admitió que retomar los entrenamientos «fue un gran alivio» luego de tres meses de inactividad por la pandemia de coronavirus y reconoció que «una de las cosas más difíciles es no tener objetivos deportivos en el corto o mediano plazo».
«Volver a entrenar fue un gran alivio. La ansiedad ahora está mucho mejor porque podemos canalizar las cuestiones emocionales a través del entrenamiento. Durante la cuarentena era más difícil porque no podía salir de casa y cada día que pasaba me costaba mantenerme motivado», manifestó Chiraviglio en declaraciones a Télam.
«Para un atleta volver a entrenar es como que salga el sol. El frío del invierno, que es algo que nunca me gustó para entrenar, ahora me encanta. Te das cuenta que cuando te sacaron algo que te apasiona, al momento de poder hacerlo nuevamente, toma otro valor. Da mucha alegría», explicó.
El atleta santafesino, de 32 años, se entrena desde el 20 de junio en la pista sintética del Centro de Desarrollo Deportivo del NEA de Concordia, Entre Ríos, bajo la supervisión de su entrenador Javier Benítez.
«Entreno tres horas por día, de 11 a 14 aproximadamente. Estoy bien y tengo lo que necesito para esta etapa. Cuando me acerque a las competencias y necesitaré mayor rodaje seguramente y viajaré a Europa, pero eso será en 2021», reconoció.
«Es una situación de a ratos normal y en algunos aspectos distinta. Tenemos horarios de entrenamiento establecidos donde vamos de a grupo de cinco personas como máximo. Y tenemos cuidados de distanciamiento y alcohol en gel para prevención», detalló.
Chiaraviglio, undécimo en los Juegos Olímpicos 2016 y noveno en el Mundial 2015, fue campeón sudamericano al aire libre en Tunja (Colombia) 2006 con 5,40; Lima (Perú) 2015 con 5,70 y Asunción (Paraguay) 2017 con 5,60.
El santafesino tiene como mejor marca de su carrera 5,75 metros con la que ganó la medalla de plata en los Juegos Panamericanos de Toronto 2015, y necesita 5,80 metros para clasificarse a los Juegos de Tokio.
En otro tramo del diálogo con Télam, opinó sobre la postergación de los Juegos Olímpicos de Tokio para el 2021 por parte la decisión del Comité Olímpico Internacional (COI) y el gobierno de Japón.
«Más que la postergación, me costó un poco la cancelación de todos los torneos. Quedarnos sin calendario fue lo que me desorientó un poco. Ahora ya lo vivo normal, aunque a veces pesa no tener certidumbres», aseveró.
Los Juegos Olímpicos de Tokio, aplazados este año por la pandemia de coronavirus, se celebrarán del 23 de julio al 8 de agosto de 2021, luego de un acuerdo alcanzado entre el COI y el Comité Organizador Local (COL) que integran autoridades japonesas.
«Una de las cosas más difíciles es el no tener objetivos deportivos en el corto o mediano plazo. No hay a la vista torneos de acá a fin de año y es difícil entrenar día a día sin fecha certera de volver a competir», puntualizó el atleta, quien será padre por primera vez, «una hermosa noticia en esta época con este contexto tan adverso».
El 2 de febrero pasado, Chiaraviglio -27º en el ranking mundial- se consagró campeón sudamericano de atletismo indoor (bajo techo) en Cochabamba, Bolivia, y ganó así su tercera medalla de oro consecutiva en 2020.
El argentino venció con una marca de 5,50 metros en la prueba que brindó puntos para la clasificación de los Juegos Olímpicos de Tokio. Previamente, ganó pasado su segunda medalla de oro del año, al ganar el Grand Prix Internacional de Cochabamba (indoor), con una marca de 5,40 metros, y el 19 de enero, en su primera prueba del año, en las misma ciudad, triunfó con 5,50 metros.
Al ser consultado sobre si durante la pandemia del coronavirus modificó su nivel de exigencia explicó: «Lo adapté. Trabajé emocionalmente con mi psicólogo para que afecte lo menos posible y pueda atravesar esta situación adaptando el nivel de expectativas a la coyuntura sabiendo que era algo temporal».
«El mayor aprendizaje fue que me hizo reforzar el concepto de vivir en comunidad. Darnos el tiempo de alimentar los vínculos sociales siempre es una buena manera de aprender de esta pandemia», concluyó Chiaraviglio.