Por Julián Bustín, jefe de la Clínica de Memoria y Gerontopsiquiatría del Instituto de Neurología Cognitiva (INECO)
Uno de los desafíos más importantes durante el aislamiento social preventivo y obligatorio es preservar la salud mental de toda la población. Este desafío es inclusive más complejo en las personas mayores porque son los más vulnerables en caso de enfermarse con la Covid-19 y por lo tanto es esencial que puedan cumplir con el aislamiento social preventivo y obligatorio.
Es importante comprender que las personas mayores ya saben que son los más vulnerables a la Covid-19 y que el aislamiento social preventivo y obligatoria va a ser particularmente prolongado para ellos agregando mayor incertidumbre en relación con su futuro. Por lo tanto es primordial que ellos conozcan la mayor cantidad de herramientas para cuidar su propia salud mental.
El metal que recubre esta caja de herramientas tiene dos conceptos fundamentales para los adultos mayores. El primero es que el aislamiento social preventivo y obligatorio del que tanto se habla es un distanciamiento físico, que de ninguna manera debe confundirse con un distanciamiento de los afectos o de las actividades o proyectos personales. El segundo concepto fundamental es que la salud mental y la salud física se encuentran entrelazadas. Nunca debemos subestimar la importancia de esta relación.
Por este motivo, hay que usar estas herramientas de forma innovadora durante este período lleno de desafíos. Estas herramientas ya han sido probadas en distintas situaciones y tienen evidencia científica que las respalda:
- Mantener activa la mente y realizar tareas placenteras (leer, escuchar música, cocinar, aprender algo nuevo). Fomentar todas las acciones y proyectos relacionados con la espiritualidad, solidaridad y empatía. Sabemos que a mayores niveles de bienestar y a menores niveles de estrés, mayor esperanza de vida.
- Mantener el contacto social con familiares, amigos y vecinos de manera virtual o telefónica. La soledad se define como la diferencia entre las relaciones sociales que uno quisiera tener y las que realmente considera que tiene. La soledad puede llevar a cuadros de depresión y ansiedad. También puede disminuir el funcionamiento del sistema inmune, aumentar el riesgo de hipertensión arterial y accidentes cerebrovasculares.
- Mantener una buena rutina de cuidado personal (estimulación cognitiva, actividad física, dieta saludable, descanso adecuado, aseo personal y controlar los factores de riesgo cardiovascular). Un estudio publicado recientemente en la revista Lancet, demuestra que realizando algunos de estos hábitos saludables se puede disminuir hasta en un 30 % la posibilidad de desarrollar la Enfermedad de Alzheimer.
- Mantener la conexión con los propios sentimientos y compartirlos con los seres queridos. Poder compartir lo que uno siente es una forma de primeros auxilios para la salud mental en tiempos de crisis.
- Solicitar y aceptar ayuda tanto emocional como logística provenga o no desde el círculo familiar. Esto permite disminuir la ansiedad al dejar de tener la sensación de que debe enfrentarse solitariamente a todo lo que le está sucediendo y le va a suceder.
- Informarse con fuentes oficiales y confiables al mismo tiempo que se evita la sobreinformación y se regula el tiempo que se destina a la información sobre la covid 19.
- Luchar activamente contra el viejismo (conjunto de prejuicios, estereotipos y discriminaciones que se aplican a las personas mayores simplemente en función de su edad). Ya que una de las claves para preservar la salud mental de los adultos mayores es mantener la identidad personal y su rol en la familia y la sociedad.
Todos somos parte de incentivar a las personas mayores a utilizar estas herramientas para preservar su salud mental durante el aislamiento social preventivo y obligatorio. El desafío es de todos.