Desde la ONG La Aldea Solidaria contaron la situación a CLG y afirmaron que es necesaria "una solución de fondo, por parte de las autoridades"
Por: Gina Verona Muzzio
Hace pocos días, La Aldea Solidaria recibió el llamado desesperado de una mamá, que recurría a la organización en busca de ayuda. Alejandra está viviendo en el Hospital de Niños Víctor J. Vilela junto a su hijo Ian, de 7 años. La pandemia y los padecimientos crónicos del niño no les permiten volver a su casa, en la que conviven con otras cuatro personas. Por lo tanto, no podrán dejar el nosocomio hasta no contar con un espacio con condiciones ambientales y de higiene óptimas.
Cuando tenía 3 años, Ian se tragó una pila que le causó innumerables daños en sus órganos vitales y los médicos debieron extirparle el intestino. Por eso, vive con un botón gástrico y conectado a dos máquinas. Según contó Juan, integrante de la ONG La Aldea Solidaria, a CLG “no puede salir del hospital si no tiene un lugar adecuado para estar; y en esta situación de pandemia tampoco está bueno que esté en el hospital”.
“La mamá nos contactó para ver si la podíamos ayudar a solucionar el tema de la humedad en la casita. Pero por más de que se arregle eso, son 3 metros por 9 y viven seis personas. Ese chico no puede volver ahí. Lo ideal sería que consiga otro espacio, una casita de alquiler o permanente, con las condiciones ambientales para que pueda vivir dignamente”, comentó Juan.
Alejandra es madre soltera y tiene otros hijos, dos de ellos muy chiquitos, que hoy en día están al cuidado de la abuela y a quienes no puede ver hace una semana. “Es una situación desesperante. Te rompe el corazón lo que están sufriendo”, expresó el representante de La Aldea Solidaria a CLG.
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Mediante una publicación en su cuenta de Facebook, la ONG dio a conocer el caso y despertó la solidaridad de los rosarinos. Sin embargo, es primordial una respuesta urgente para que Ian pueda volver a casa con su familia. Por eso, intentan difundir la situación lo más posible, hasta que llegue a oídos de las autoridades.
“El chico tiene derecho a cosas, que no se las están dando. Está en un hospital y no puede salir de ahí porque no tiene un lugar para volver. La gente está respondiendo, ofrecen dinero, espacios para alquilar. La gente se ocupa más que los funcionarios. Pero necesitamos una solución de fondo, por parte de las autoridades”, aseguró Juan.