Así lo aseguró a CLG Carlos Mellano, presidente de la Asociación Hotelera Gastronómica. Pese a las recomendaciones, muchos rosarinos optaron por celebrar igual y se reunieron en bares y restaurantes
En un contexto de pandemia y de crecimiento del número de casos de coronavirus en Rosario, la celebración del Día del Amigo quedó postergada en los papeles para más adelante. Sin embargo, este lunes algunos rosarinos decidieron reunirse de todas maneras en los bares, que tuvieron «un poco más de demanda que un lunes en pandemia«.
El 20 de julio es una fecha que está fuertemente instalada en la sociedad rosarina. En tiempos normales, la postal de cada Día del Amigo era de bares abarrotados, donde no había ni una mesa libre, con enormes grupos de amigos festejando su día. Sin embargo, en este marco de Covid-19, las autoridades municipales, provinciales y nacionales pidieron no realizar reuniones, y en Rosario la celebración quedó postergada con fecha a definir.
Ante la imposibilidad de reunirse en hogares, muchos rosarinos decidieron festejar de todos modos el Día del Amigo en bares y restaurantes, que funcionaron con normalidad. En ese sentido, CLG dialogó con Carlos Mellano, presidente de la Asociación Hotelera Gastronómica de Rosario (Aehgar), quien habló sobre la actividad en los locales gastronómicos durante este lunes.
«Tuvimos un poco más de demanda de lo que es un lunes en pandemia, pero si lo comparamos con otro Día del Amigo estamos hablando de muy poca venta«, señaló. Si bien este lunes el mayor movimiento se pudo ver por la noche, Mellano indicó que el Día del Amigo «es una jornada que arranca desde la mañana, mucha gente grande se reúne a desayunar y a merendar, incluso ayer hubo gente que fue a la tarde».
Si bien hubo una mayor clientela que en los últimos lunes, los rosarinos no se abalanzaron a los bares: «El tiempo también es una variable, si hubiese estado más lindo por ahí la gente se hubiera volcado un poco más», explicó Mellano. Y agregó: «Hubo cierta responsabilidad de la gente al respetar las recomendaciones del Municipio y la Provincia».
Al ser consultado sobre cuáles fueron las zonas de la ciudad más elegidas, el presidente de Aehgar dio una respuesta esperable: «Pellegrini y Pichincha son los dos lugares emblemáticos que la gente toma como referencia, donde están los sectores cerveceros más descontracturados, donde va más gente que no es población de riesgo».
Por otra parte, se refirió al presente crítico que atraviesa la gastronomía, que todavía no se recupera de la cuarentena estricta: «Estamos en un proceso muy complejo, estamos viendo cierres, esa es la realidad. La situación es difícil, muchos no volvieron a abrir y otros están vendiendo los locales. En la gastronomía dijimos que cierres masivos no iban a haber porque todos iban a querer defender su comercio, pero hoy por hoy el análisis cambia. No sólo cierran los bares emblemáticos, sino que también cierran locales chiquitos, y eso perjudica a la actividad».
«La complejidad es que nosotros necesitamos seguir valorizando el programa ATP, que este mes vino disminuido. Luego necesitamos volver a la mayor normalidad posible, es el problema a definir. Para la gastronomía es muy complejo trabajar sin gente, por más que digan que hay que innovarse con el delivery o el take away, pero eso no nos alcanza para nada. Es lo que nos preocupa de acá a 60 días», añadió.
Por último, en el marco de una mayor cantidad de casos en Rosario, Mellano se refirió al efecto que tendría para gastronomía retroceder a la cuarentena: «Si volvemos a fase 1 se profundizará económicamente nuestra situación, si estamos mal eso nos enterraría definitivamente. Ya experimentamos el delivery y el take away, significa una facturación de 10 o 12% de lo normal. Esperemos no retroceder, es un escenario que no quiero imaginar».