El primer ministro anunció una inversión de 3.000 millones de libras para dotar de más recursos al Servicio Nacional de Salud (NHS)
El primer ministro británico, Boris Johnson, anunció este viernes nuevos alivios de las restricciones por el coronavirus en Inglaterra y una inversión de 3.000 millones de libras para reforzar los sistemas de salud de cara a una segunda ola de contagios que según expertos podría ser peor que la primera.
Desde el 1 de agosto, los patrones podrán elegir si sus empleados trabajan desde sus casas, se permitirá la apertura de salones de belleza, las actuaciones artísticas en lugares cerrados y las bodas con hasta 30 invitados, aunque las discotecas seguirán cerradas, dijo el premier.
«En lugar de que el gobierno le diga a la gente que trabaje desde sus casas, vamos a dar a los empleadores más poder de discreción y a pedirle que tomen sus propias decisiones sobre cómo puede su personal trabajar de manera segura», señaló a periodistas en su residencia oficial.
El líder conservador, cuyo país es uno de los más afectados por la pandemia, dijo que los trabajadores podrán usar el transporte público si se les requiere volver a sus lugares de empleo, pero aconsejó que evalúen medios alternativos para viajar.
Johnson agregó que las guarderías, escuelas, y las universidades estarán abiertas para todos los estudiantes en Inglaterra desde septiembre.
«A lo largo de este periodo vamos a buscar permitir más contactos estrechos entre amigos y familiares», agregó, aunque avisó que el alivio de las restricciones está condicionado a que los casos de coronavirus continúen
bajando, informó la cadena BBC.
Según los últimos datos oficiales, de ayer, los fallecimientos por coronavirus en el Reino Unido superan los 45.000 y los contagios sobrepasan los 292.000 desde el inicio de la pandemia, que ha convertido al país en el más afectado de Europa y el tercero del mundo.
Los cambios anunciados Johnson forman parte de una gradual vuelta a la normalidad en Inglaterra que empezó el 4 de julio con la reapertura de pubs, restaurantes, peluquerías y cines por primera vez en tres meses en el mayor alivio de las restricciones por el coronavirus en el Reino Unido.
Todos los cambios solo aplican a Inglaterra, ya que los otros países del Reino Unido -Escocia, Gales e Irlanda del Norte-, están aliviando sus restricciones a otras velocidades.
El primer ministro también anunció una inversión de 3.000 millones de libras (3.300 millones de euros) para dotar de más recursos al Servicio Nacional de Salud (NHS), en previsión de una segunda ola de casos de coronavirus el próximo invierno, que comienza en septiembre.
La financiación se destinará a mantener abierto, al menos hasta marzo, un hospital de campaña de Nightingale y los tratamientos rutinarios de los pacientes, así como a conseguir el objetivo de realizar 500.000 test diagnósticos diarios en noviembre.
«La demanda de test no es el único desafío que traerá el invierno. Es posible que el virus sea más virulento en esos meses y es seguro que el NHS enfrentará las presiones anuales que son habituales en invierno», dijo.
Un informe elaborado por varios asesores médicos del Ejecutivo ha alertado de que una segunda ola de coronavirus podría costar este invierno 120.000 nuevas muertes, por lo que opinaron que se deben mantener las actuales medidas de distanciamiento social y el teletrabajo.
Para tratar de frenar el surgimiento de rebrotes, Johnson indicó que, a partir de mañana, los gobiernos locales tendrán mayores competencias para implantar confinamientos parciales. «Podemos controlar el coronavirus con acciones locales puntuales», dijo.