Es el tercer país que supera esa marca después de Estados Unidos y Brasil. Las autoridades aumentan las restricciones sanitarias
India se convirtió este viernes en el tercer país en superar el millón de casos positivos de coronavirus y encendió las alarmas entre las autoridades, ante el riesgo de que el aumento de casos sature el débil sistema de salud del país que tiene 1.300 millones de habitantes.
El Ministerio de Salud reportó 34.956 nuevos casos positivos en las últimas 24 horas, dejando el total en 1.003.832 casos, sólo detrás de Estados Unidos y Brasil. Además, las autoridades informaron un récord diario de muertes, 687, con lo que el total se elevó a 25.602.
Agregaron que 635.757 personas se han curado y la tasa de recuperación continúa mejorando al 63%, informó la cadena de noticias CNN.
Las cifras se conocen en un momento en que las autoridades de varios estados comenzaron a reimponer bloqueos por zonas para contener los brotes, sin frenar por completo la actividad económica.
La mitad de los casos están concentrados en los estados de Maharashtra, Delhi y Tamil Nadu, pero en las zonas rurales, con un sistema de salud más debilitado que el del resto del país, el virus se está expandiendo a gran velocidad.
En Bangalore, polo tecnológico del país, el gobierno ordenó un cierre de una semana que empezó a regir el martes pasado, ante el aumento exponencial de los casos positivos.
En Bihar, con una población de 128 millones de habitantes y un frágil sistema de salud, las autoridades anunciaron ayer un cierre de dos semanas, mientras que en Uttar Pradesh, el estado más poblado del país con más de 200 millones de habitantes, rige un toque de queda desde este fin de semana hasta fin de mes.
Otros gobiernos locales iniciaron bloqueos localizados, denominados «zonas de contención», que pueden ser tan pequeñas como unas pocas casas o una calle.
Inicialmente, India tardó en tomar medidas de contención del virus, pero con el cierre total de tres semanas impuesto a fines de marzo, se pudieron ralentizarse los contagios.
Las restricciones se alargaron por otros cinco semanas con un costo económico enorme en medio de una crisis humanitaria sin precedentes.
Decenas de miles de trabajadores migrantes regresaron desde la ciudad al campo debido a la pérdida de sus empleos y muchos trasladaron el virus hacia otros puntos.
El bloqueo dio tiempo a las autoridades para mejorar el sistema sanitario, aunque no lo suficiente: los casos continuaron en aumento y los escasos test de detección que se realizaron permitieron que el virus se disparara a lo largo y ancho de todo el territorio.
Los expertos advierten que el país enfrenta el desafío de equilibrar entre una apertura de la economía y el control del número de infectados para mantenerlo a un nivel que sea controlable.
«La estrategia de la India en el futuro girará en torno a las zonas de contención», dijo el vocero del Ministerio de Salud indio Rajesh Bhushan
Una vez que se tracen más zonas, los trabajadores de la salud irán de casa en casa y evaluarán a aquellos con síntomas, precisó.
Al comienzo, India tenía uno de los criterios de testeo más estrictos del mundo y usaba apenas un tercio de su capacidad.
Tras varios meses, aumentó las pruebas diarias pasando de analizar 1.200 en enero a más de 300.000 en la actualidad. Incluso hay ciudades que las realizan sin orden médica.
“El plan de batalla es hacer todo lo que sabemos que funciona. Abrir la economía tanto como sea segura. Seguir las cosas muy de cerca sin dejar que el virus se establezca», explicó el Dr. indio americano Ashish Jha, director del Instituto de Salud Global de Harvard.