Día a día se suman infectados en la ciudad y la provincia. Desde CLG insistimos en profundizar la conciencia social y que se endurezcan los controles para evitar retroceder de fases
Editorial CLG
En los últimos días, Rosario viene transitando un momento complejo desde que la pandemia de coronavirus llegó a la ciudad con una aceleración de casos que preocupa a las autoridades y que se dio de manera directamente proporcional a la flexibilización casi total de la cuarentena y al relajamiento de las medidas de distanciamiento por parte de la comunidad.
Hace tiempo, desde Con la Gente venimos insistiendo en la necesidad de profundizar la conciencia social y endurecer el control de los organismos del Estado para evitar retroceder de fases, algo que a esta hora evalúan las autoridades locales. Sin embargo, siguen llegando a la redacción de este medio postales de personas que no cumplen con las normas o información sobre nuevos casos sospechosos en negocios de la ciudad.
Debemos asegurarnos de que aprendemos la lección como sociedad, de ponernos en el lugar del otro, algo que hoy no parece posible, y que esta crisis sea un punto de inflexión para las preparaciones frente a emergencias sanitarias y las inversiones en servicios públicos esenciales en el siglo XXI (este martes se cumplen 13 días seguidos sin servicio de transporte).
Teniendo en cuenta este contexto complejo principalmente para los sectores más vulnerables, urge la realización de testeos masivos. Mientras más precozmente podamos detectarlos, con más velocidad se puede actuar y “apagar” los focos, evitando que progresen, muchos y de manera simultánea.
Es necesario comprender que los casos van a crecer, pero lo importante es contenerlos a tiempo para no sobrepasar la capacidad de respuesta del sistema sanitario, para cuidar también al expuesta personal de salud, a la espera de que la ciencia nos proporcione una vacuna o posibles tratamientos.