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Informes CLG

Preocupación en los barrios por la demanda de alimentos en los comedores


El Centro Comunitario Alvear realiza todas las semanas unas 600 raciones de comida y en diálogo con CLG compartieron su preocupación por el incremento en la cantidad de personas que se acercan por un plato de comida

Por Diego Carballido

El Centro Comunitario Alvear está enclavado en Suipacha 3670 y asiste todas las semanas, desde el comienzo de la cuarentena, a unas 600 personas que se acercan a buscar un plato de comida. «La verdad es que nos estamos rompiendo la cabeza para poder conseguir cada semana lo necesario para cocinar», aseguró Librada Insaurralde, una de las referentes de este espacio de barrio Alvear, en diálogo con CLG.

Según Insaurralde, las necesidades que ya se observaban en el barrio se agudizaron con la llegada de la pandemia. «Cada vez vienen más personas a retirar su ración», afirmó Innsaurralde y agregó: «Resulta difícil conseguir siempre las cantidades necesarias, principalmente, de carne y verdura».

La referente aseguró que han puesto al tanto de la situación a los diferentes estamentos del Estado. «Después de varios pedidos para que nos ayuden, hemos recibido una respuesta de la Municipalidad y estamos dialogando también con el gobierno provincial», contó Insaurralde y aseguró: «Queremos que todos vengan y vean cómo se siente la necesidad en el barrio. Porque nosotros somos simplemente un centro comunitario y nos estamos ayudando entre vecinos”.

«Los martes cocinamos al mediodía y cuando se puede también los jueves. La intención es hacer la comida los dos días, pero dependemos de las donaciones», detalló Insaurralde respecto al funcionamiento del Centro Comunitario Alvear.

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Insaurralde también compartió que, entre los jóvenes que forman parte de la institución, quieren conformar una cooperativa de trabajo que genere los fondos necesarios para poder solventar la comida de todas las semanas.

«Mucha gente del barrio está suspendida de sus puestos en las fábricas o los que trabajaban con changas ya no las tienen. Todos están pasando un mal momento«, aseguró con preocupación Insaurralde que trabaja en espacios comunitarios desde hace varios años y, de acuerdo con su experiencia, las situaciones que les toca atravesar en estos momentos les traen reminiscencias del año 2001.

«La gente no está protestando en las calles por miedo a la enfermedad, pero hay mucha necesidad. Incluso desde antes de la pandemia ya se sentía la desocupación entre la gente del barrio», concluyó Insaurralde.