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¿Cómo reinventarse para salir de la crisis?


El relato de marplatenses que triunfan en medio de la pandemia de coronavirus con "trabajo, esfuerzo y creatividad"

Amas de casa, creativas, emprendedores y amantes de sus oficios lograron en esta pandemia del coronavirus reinventarse y salir adelante con sus proyectos mostrando y demostrando que «de una crisis se puede salir con trabajo, esfuerzo y creatividad», según explicó Nadia Linares, una emprendedora marplatense, a Télam.

«Hace dos años junto a mi amiga Guadalupe Sánchez nos asociamos para comenzar con `Enciende tu Luz´, un proyecto dedicado a la venta de ropa infantil y para adolescentes. Pero la llegada de la pandemia nos hizo frenar y hoy desde el quincho de mi casa me dedico a la pintura ya la costura», contó Linares, que es madre de cuatro hijos: Ariana, Jazmín, Juan Cruz y Joaquín.

«En un principio confeccioné cerca de 200 barbijos y 150 camisolines para vender a odontólogos que los necesitan para su tarea, y en estos momentos estoy cosiendo pijamas de polar para adultos y que tienen amplia demanda», dijo.

Pero no es solo eso: «Hace muchos años, voy a un taller de arte y pinto cuadros. Por medio de las redes sociales, una señora de la ciudad de Rawson vio mi trabajo y me encargó 30 pinturas infantiles que ella misma donará al Hospital `Santa Teresita´, que va a inaugurar la ampliación de la sala de pediatría en poco tiempo», contó.

Linares vive en el barrio Divino Rostro y contó que no es fácil cuidar a cuatro niños, ayudarlos con las tareas virtuales, cocinar, limpiar la casa y hasta organizar el lavado de ropa: «Dicen que en momentos de crisis se logran proyectos que perdurarán en el tiempo, y no dudo que así será porque los pedidos de cuadros y ahora los pijamas invernales no dejan de llegar», dijo Linares, mientras con una mano respondía mensajes y con la otra preparaba la merienda para sus pequeños.

Desde otro rincón de Mar del Plata, Marcelo Chávez, de 45 años, cocinero y minutero entiende lo que cuenta la emprendedora porque él, que trabajó por mas de 22 años en la tradicional parrilla «Pehuén» de Playa Grande, visitada por personajes del espectáculo y deportistas, desde marzo se vio empujado a buscar una solución al cierre de su trabajo por la llegada del coronavirus.

«Tengo dos hijos, uno de ellos con una discapacidad motriz, mi esposa es empleada doméstica y aún no pudo volver a trabajar, así que en casa me puse a hacer comida para vender a amigos, vecinos y conocidos del barrio donde vivimos, que se llama Belisario Roldán», señaló.

«Los pedidos los tomo durante la semana y los sábados y domingo hago el reparto. Para este fin de semana, tengo encargadas 15 docenas de sorrentinos, 10 kilos de milanesa de carne y pollo y más de 30 docenas de empanadas fritas», enumeró el marplatense amante de la cocina.

Para finalizar, el cocinero manifestó: «Trabajar me da vida y me permite pagar una obra social para mi familia, poder vivir dignamente, sin pedirle subsidio alguno al Estado y hacer que tanto mis hijos como esposa se sientan con un respaldo económico sabiendo que gracias a mi trabajo no faltará comida en la mesa».

Fernanda Pose también es marplatense, vive desde hace muchos años en el Bosque «Peralta Ramos» junto a su esposo Carlos y sus hijos Felipe y Clara, y es licenciada en Marketing y analista en Servicios Gastronómicos.

La mujer cuenta que siempre soñó con tener su propia pastelería, un sueño que viene amasando desde hace años y que finalmente iba a ser inaugurada en el Barrio Alfar (camino a Miramar) en abril: «Pero la pandemia del coronavirus llegó y me encontré sin trabajo, sin proyecto y con una familia que sostener ya que mi esposo en diciembre del 2019 ya había cesado en sus tareas como asesor en el Concejo Deliberante del partido de General Pueyrredón», recordó.

Fue así que tomó una decisión: «En el comedor de mi casa, monté una pequeña pastelería incentivada por mi familia y amigos. Para las Pascuas, pasé de tener 30 pedidos de roscas a hacer 100 y ahí comencé con mucho entusiasmo a vender desayunos, masas secas y cerca de 500 tortas en lo que va de esta cuarentena», calculó.

Además, la pastelera comparte su conocimiento: «Todos los domingos, hago vivos por la red social Instagram ya que me contrató la empresa `Cumaná´ para hacer tortas con sus productos. Es todo todo un desafío enfrentarme a una cámara y guiar una receta en vivo».

La profesora de Educación Física Patricia García también descubrió las ventajas de Internet ya que en Mar del Plata aún no están habilitados los gimnasios: «Desde que comenzó la pandemia, no podemos dar clases y, por eso, decidí preparar entrenamientos virtuales con actividades de gimnasia localizada y funcional haciendo que con música de fondo los alumnos muevan el cuerpo corriendo los sillones de sus casas, las mesas o haciendo las secuencias en sus propios jardines al aire libre», contó García a Télam.

La entrenadora hace más de 20 años que da clases en un reconocido gimnasio del barrio marplatense San Carlos: «Todos se prendieron de entrada y una vez por semana hacemos una clases especial de zumba con el propósito de ir incentivando al alumnado a que la actividad física no se debe dejar ni en épocas de coronavirus», agregó en diálogo con Télam.

Y cerró esperanzada en la situación epidemiológica de la ciudad: «Muy pronto, podremos volver en grupos reducidos a hacer caminatas y trotes por la arena, entonces a todos les será mas fácil recuperar el ritmo cotidiano sin haber abandonado el movimiento aunque haya sido mínimo».