El documento manifiesta un apoyo absoluto a los emprendimientos laborales de las mujeres y reclama igualdad de oportunidades para acceder al trabajo
El Mercosur reafirmó este jueves su «compromiso con una coordinación eficiente y permanente para frenar el avance del coronavirus y mitigar sus consecuencias sanitarias, económicas y sociales» que provoca la pandemia, que en algunos países de la región como Brasil, Perú y Chile ha provocado miles de muertes.
La declaración fue el aporte final de la reunión celebrada de manera virtual por primera vez en los casi 40 años de vida del bloque regional por los presidentes de la Argentina, Alberto Fernández; de Brasil, Jair Bolsonaro; de Paraguay, Mario Abdo Benítez, y de Uruguay, Luis Lacalle Pou, como estados partes, en la 56ta. Cumbre de Jefes de Estado, que se realizó desde Paraguay e incluyó el traspaso de la presidencia pro-témpore de este último a Uruguay.
En los dos días de deliberaciones celebradas en las condiciones extraordinarias que impone la pandemia expusieron los mandatarios y los cancilleres y se realizaron mesas de trabajo de ministros y ministras de diversas áreas, como Economía, Trabajo, Salud y Desarrollo Social, entre otros.
Entre las definiciones principales, el texto ofrece un apoyo absoluto a los emprendimientos laborales de las mujeres y reclama igualdad de oportunidades para acceder al trabajo sin distinción de géneros.
Algunos temas considerados clave, como la firma del acuerdo con la Unión Europea (UE) y el ajuste del Arancel Externo Común, que Brasil considera urgente «simplificar y armonizar», quedaron sin definición.
Los jefes de Estado destacaron «el valor de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, así como de otros recursos para optimizar una respuesta eficiente a los desafíos que plantea la lucha contra la Covid-19 e instaron a propiciar y facilitar su uso extendido e inclusivo».
Los mandatarios recogieron también las conclusiones alcanzadas por los ministros de Trabajo y se comprometieron a «impulsar políticas activas para el sostenimiento del empleo decente y formal, la reactivación económica que permita la reincorporación efectiva de trabajadores, la formación profesional para la reconversión laboral, el desarrollo de herramientas que permitan nuevas modalidades laborales y una efectiva inserción».
También «alentaron a fortalecer las políticas de prevención en el ámbito de la salud y seguridad ocupacional y a continuar con los esfuerzos en la profundización de las acciones orientadas al combate al trabajo forzoso, la trata laboral, erradicación del trabajo infantil y la informalidad».
En ese contexto, «reconocieron que, en estos momentos, más que nunca, la figura del Diálogo Social exige un ejercicio permanente para responder a los problemas y necesidades de los trabajadores y empleadores causados por la pandemia, manteniendo el objetivo de la sostenibilidad, trabajo decente y la seguridad social».
En el inicio del documento, los países del bloque «reiteraron su compromiso con la vigencia plena de la democracia, las garantías fundamentales y el Estado de derecho, así como con la protección y la promoción de los derechos humanos de las personas».
En seguida, «afirmaron que las instituciones multilaterales, la cooperación, el respeto al derecho internacional y a principios y propósitos enunciados en la Carta de las Naciones Unidas, son herramientas para abordar los desafíos económicos, sociales y medioambientales, regionales y globales, y para avanzar en la construcción de un orden internacional más justo e inclusivo».
En otro tramo, la declaración subrayó «la necesidad de construir un sistema de comercio justo e inclusivo, que garantice la participación plena y efectiva de las mujeres en toda su diversidad y la igualdad de oportunidades para el ejercicio de actividades comerciales, así como el acceso al trabajo decente y la igualdad de remuneración entre las mujeres y los varones por trabajos de igual valor».
Los mandatarios «coincidieron en el interés de analizar la conveniencia y oportunidad de crear un espacio de coordinación regional, destinado a alentar, apoyar y dar visibilidad al emprendedurismo, la innovación y a la promoción de empleos y negocios liderados por mujeres o que emplean a un número significativo de mujeres».
Además, los integrantes del Mercado Común del Sur, nacido a principio de los años 80 del siglo pasado, se comprometieron «con el trabajo conjunto que permita profundizar el comercio bilateral e intrarregional, aprovechando los Acuerdos de Complementación Económica suscritos en la región».
«En tal sentido, -agregó el texto- entienden que la unión de estos esfuerzos profundizará el comercio bilateral y las inversiones recíprocas, como un instrumento promotor de generación de empleos, incremento productivo e intercambio tecnológico, con miras a un desarrollo social y económico».