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Efecto pandemia: con Lourdes a la cabeza, los santuarios religiosos cayeron en crisis


Además del santuaria mariano más importante del mundo, Tierra Santa sufre las consecuencias de la enfermedad global

Lourdes, el santuario mariano más famoso del mundo, está de rodillas por la pandemia de Covid-19, que lo obligó a cerrar sus puertas por primera vez en la historia. La crisis, sin precedentes, lo lleva hacia pérdidas de ocho millones de euros este año. Precisamente el año pasado, al presentar el balance de 2018, los responsables del santuario anunciaban con orgullo la salida del «rojo» porque se habían recuperado del pasivo de dos millones de euros (sobre un presupuesto total de unos 30 millones).

El descenso de los peregrinos, pero también un par de desastrosos aluviones habían puesto en peligro la supervivencia del santuario.

Luego el Covid barrió con todos los esfuerzos realizados y la pérdida anunciada es cuatro veces mayor a los dos millones que habían hecho penar a la administración. «Lourdes sin peregrinos es una Lourdes sin recursos para desempeñar su misión, para mantener el sitio, para garantizar su duración y el trabajo de sus 320 empleados», informó un comunicado.

«El santuario -dijo la localidad de los Pirineos franceses prevé una pérdida histórica de ocho millones de euros. Se trata de una situación precedentes».

Por eso mismo se lanzó una iniciativa sin precedentes: la peregrinación online «Lourdes United». El 16 de julio, aniversario de la última aparición de la Virgen a la joven Bernadette, el santuario invocará la generosidad de todos aquellos que desean ayudar a Lourdes a seguir con su obra.

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Tierra Santa

También en Tierra Santa la situación es difícil. La orden del Santo Sepulcro, encabezada por el cardenal Fernando Filoni, ya lanzó un llamado para un Fondo extraordinario.

Muchas familias cristianas vivían de los ingresos creados por las peregrinaciones, desde hoteles a negocios de recuerdos religiosos. Sin peregrinos no hay para ellos otras posibilidades de ingresos.

Relanzar los viajes de la fe se convierte así en una prioridad no solo espiritual sino también económica. La Opera Romana Pellegrinaggi ya informó las fechas para las primeras peregrinaciones post cuarentena: a fines de agosto un viaje a Lourdes, en septiembre a Tierra Santa y en octubre a Fátima.