Las autoridades informaron que en las últimas 24 horas se contabilizaron 1.253 nuevos casos, la mayor cifra desde el inicio de la pandemia
Bolivia registró 1.253 nuevos casos de coronavirus en las últimas 24 horas, un nuevo máximo desde el inicio de la pandemia que coincide con la entrada en vigencia de la extensión por un mes más de la cuarentena que intenta frenar la propagación del virus.
El último reporte del Ministerio de Salud elevó anoche a 30.676 los positivos y a 970 los fallecidos por coronavirus en el país donde viven al rededor de once millones de personas.
La enfermedad presenta una tendencia creciente en Bolivia, tras superar hace una semana los mil casos confirmados por día y ahora con este nuevo récord diario.
Las zonas más afectadas son principalmente las situadas a menor altura, en los valles y la Amazonía, precisó la agencia de noticias EFE.
El departamento de Santa Cruz concentra más de la mitad de los casos, con 17.455 y 396 fallecidos entre sus más de tres millones de habitantes.
«Ante el incremento del contagio comunitario y aumento de casos positivos», el gobierno interino extendió a todo el mes de julio la cuarentena que se inició en marzo, que ahora se encuentra en lo que denomina una fase «condicionada y dinámica», con restricciones que se pueden flexibilizar o endurecer en función de como evolucionan los contagios.
Las restricciones mantienen el cierre de fronteras y del espacio aéreo, la suspensión de clases presenciales en todos los niveles educativos y la prohibición de eventos públicos, es decir, cualquier reunión que suponga una aglomeración de gente.
Además, fija horarios y días para la circulación de personas y de vehículos, salvo para servicios esenciales como los de seguridad ciudadana, emergencias y los sanitarios.
Bolivia tiene declarado estado de emergencia sanitaria, con reportes de centros sanitarios colapsados y algunas muertes a las puertas de hospitales y en las calles.
Las alertas por el colapso en centros de salud se suceden en varias ciudades, con casos de enfermos que peregrinan por hospitales hasta encontrar atención y de familiares con problemas para enterrar a sus fallecidos aunque sea en una fosa excavada de urgencia en algún cementerio que los pueda acoger.