La pandemia muestra su cara más cruel en los sectores vulnerables y emergen los espacios que apelan a la solidaridad para ayudar a quienes más lo necesitan. Tal es el caso en zona sur de Corazones Contentos
Por Diego Carballido
Mientras aún no se dimensionan las consecuencias sociales y económicas producto, en los últimos meses, de la pandemia de coronavirus, en los barrios populares se multiplican los gestos de solidaridad a través de los espacios comunitarios que atinan a brindar lo que tienen a disposición para ayudar a quienes más lo necesitan.
En la zona sur de la ciudad, más específicamente en el barrio Saladillo, funciona el merendero Corazones Contentos, en calle Villa Fausta 5001, donde asisten alrededor de unas cien personas en busca de un plato de comida, dos veces a la semana.
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Ezequiel es el responsable del espacio comunitario y en diálogo con CLG compartió que tienen la intención de abrir también un “roperito soldiario” para poder colaborar con ropa de abrigo a la gente del barrio.
“Los martes funcionamos como copa de leche y los jueves hacemos la comida para los vecinos del barrio”, detalló Ezequiel respecto al funcionamiento de «Corazones Contentos».
La situación con la tienen que lidiar cada semana hizo que, desde el comedor, apelen a la solidaridad colectiva en busca de alimentos no perecederos, ropa, frazadas y cualquier elemento de cocina que le permita continuar con su labor destinada los vecinos del barrio Saladillo.
En épocas de pandemia, aún con la ayuda que el Estado brinda bajo los diferentes planes sociales lanzados en los últimos meses, los barrios que ya sufrían dificultades para cubrir sus necesidades básicas apelan a la ayuda de la comunidad para poder, entre todos, paliar las consecuencias de esta complicada situación.