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Exigen un «salvataje integral» para las pymes del Amba ante la nueva etapa de aislamiento


Desde la Federación de Comercio e Industria, alertaron que la situación puede empeorar si no se lleva a cabo una estrategia de salvataje

La Federación de Comercio e Industria (Fecoba) alertó sobre la situación de las pymes y pronosticó que el panorama «tenderá a empeorar sostenidamente y de manera acelerada de no mediar una estrategia integral de salvataje pyme», informó este viernes la entidad en un comunicado.

«El cierre definitivo de comercios alcanzó la alarmante cifra del 20% desde que comenzó la cuarentena y las proyecciones nos permiten estimar que, a partir de las nuevas restricciones, esa cifra ascenderá al 23% en los próximos 15 días, lo que equivale a un total aproximado de 27.600 comercios», agregó.

La nota, firmada por el presidente de la entidad, Fernando Castillo, precisó que «es tiempo de acompañar, sostener y garantizar un futuro para las pymes» porque estas empresas son las que pueden «convertirse en el motor de la recuperación argentina», por lo que «resulta impostergable salvar también sus vidas», resaltó la nota.

El reclamo de la entidad se fundamenta en el efecto que tendrá sobre el sector las «nuevas medidas restrictivas de la actividad económica en la región del AMBA» que le «exige a la sociedad en general y al sector pyme en particular un renovado esfuerzo en pos de evitar la saturación del sistema sanitario en el marco de la pandemia de Covid-19 y, salvar de ese modo, las vidas que pudieran encontrarse comprometidas a causa de la enfermedad».

«Este esfuerzo se suma a una tarea titánica de supervivencia del comercio y la industria que, en los últimos cien días han visto caer dramáticamente sus ventas, llevando en muchos casos al cierre definitivo de locales con el impacto económico que conlleva para el área metropolitana, al tiempo que configuró un nuevo ejército de argentinos desocupados», justificó.

La entidad consideró que «la gravedad del cuadro exhibe una circunstancia económica y social peor que la que conocimos en 2001. A la sostenida recesión de los últimos dos años, los golpes devaluatorios y los saltos inflacionarios se sumaron los efectos catastróficos de la pandemia con consecuencias aún insospechadas».