La carne vacuna siguió circulando en Rosario a pesar de la pandemia y tuvo tres momentos claves en los casi 100 días de aislamiento
La actividad en las carnicerías de Rosario no se vio interrumpida frente a la cuarentena debido a que el sector estuvo considerado como un rubro esencial y se vio reflejado en tres etapas muy marcadas. Antes del 20 de marzo, la gente compró para realizar un stock en su freezer; luego pasó un tiempo de meseta en la venta, el cual se terminó el primer fin de semana de junio cuando el gobierno de Santa Fe habilitó las reuniones familiares y afectivas, lo que produjo una avalancha en los locales en la búsqueda del tan ansiado asado.
CLG visitó tres carnicerías y analizó junto a los comerciantes los casi 100 días de cuarentena.
Todos coincidieron en que el fin de marzo trajo mayores ventas debido al «temor» de la gente y la necesidad de guardar carne para el uso a largo plazo. «Arrancó muy bien», señaló uno de ellos.
Luego pasó por un «descenso notable», manifestó otro de los comerciantes que dialogó con CLG.
«Bajó un poco porque la gente no tiene plata», agregó el más experimentado de ellos.
Cortes de parrilla, para hacer milanesas o un guiso, el rosarino buscó variedad en estos tiempos de cuarentena, pero sin lugar a dudas desde hace unas semanas, cuando se permitió las reuniones en casas particulares, el asado levantó la venta.
Respecto a los precios, todos marcaron una estabilidad en los cortes de carne roja, el producto por excelencia en estos comercios.
Por último, también contemplaron un gran acatamiento de las medidas de distanciamiento social como el uso del barbijo, aunque no descartaron la presencia de «uno o dos desubicados que no le importan«.
Fotos: Fernando Der Meguerditchian
Entrevistas: Lina Quispe Cruz