Por Luciana Reif*
Se conoce como pluriempleo a la condición de todo aquel trabajador que desarrolla dos o más actividades laborales para diferentes empleadores de forma simultánea.
El pluriempleo es una de las condiciones del empleo más presente entre los trabajadores de la salud, y cómo tal se han identificado efectos sobre la salud de dicha población trabajadora.
Este impacto negativo en la salud se ha visto doblemente visibilizado en el actual contexto afectado por la pandemia Covid-19.
En el campo de la salud el pluriempleo es una práctica sumamente habitual, los datos para el 2015 muestran que mientras que en este sector el 15.3% de los ocupados contaba con otro empleo en el resto de la economía este porcentaje representaba solamente el 7,3%.
En la República Argentina los efectos negativos en la salud que esta situación provoca son diversos: los trabajadores de esta área, como se evidencia en las estadísticas, se encuentran en la primera línea de contagio representando casi un 15% respecto al total de infectados.
El pluriempleo supone, en primer lugar, que el trabajador se movilice entre los diferentes subsectores que conforman el sistema sanitario argentino -el público, el privado y las obras sociales-, subsectores que no necesariamente presentan los mismos protocolos de prevención, evidenciándose en muchos casos faltantes de insumos básicos para la protección de los trabajadores.
Esto trae como consecuencia la posibilidad de que un trabajador se infecte en una de las organizaciones en las cuales se desempeña y lleve el virus a las otras.
Sin embargo, no es simplemente el aspecto técnico el que se presenta como un riesgo entre los trabajadores pluriempleados, si hay algo que corroe el pluriempleo es el sentido colectivo del trabajo: el pluriempleo se presenta como obstáculo a la hora de construir equipos de salud al favorecer la fragmentación del proceso de trabajo y la pérdida de identificación y sentido de pertenencia de los trabajadores.
El profesional pluriempleado puede consumar parcialmente las fantasías del profesional autónomo y liberal del siglo pasado, ya ausente en la actualidad, donde lo que prima es un asalariado en condiciones de precariedad.
Esto es especialmente relevante a la hora de analizar el contagio horizontal que se da entre los propios trabajadores de la salud. Bien pueden ser las prácticas poco seguras las causantes de estos contagios horizontales, pero también es importante señalar que aquellos trabajadores que entran y salen de múltiples organizaciones escasamente puedan interiorizar las normas y los valores institucionales.
El cuidado se vuelve un acto fragmentario y fragmentado, el «sálvese quien pueda» camina de la mano con el desconocimiento profundo acerca de quién es el otro, quién es el compañero que tengo al lado.
La comprensión del trabajo en salud desde el sentido común como una relación que se da solamente entre profesional y paciente trae consigo la incapacidad de pensar la dimensión relacional presente entre los propios trabajadores de la salud.
No es un solo trabajador, como individuo aislado, el que salva la vida de los pacientes con Covid-19, es un grupo de trabajo que va desde la recepcionista hasta los profesionales, pasando en el medio por el enfermero, el camillero, los trabajadores de la limpieza, y empleados administrativos. La posibilidad de brindar el mejor cuidado en este contexto también se lo debemos a las relaciones interpersonales que se dan entre este grupo de trabajadores, donde entra a jugar un rol importante lo emocional y lo afectivo ante el dolor de la enfermedad y la muerte.
El pluriempleo quita la posibilidad a los trabajadores de integrarse plenamente en esos colectivos de trabajo Si continuamos pensando al trabajo en salud como un trabajo maquínico e industrial seguramente poco nos importe el sentido de grupo y pertenencia, pero si logramos comprender que las emociones y lo afectivo son centrales en este proceso entenderemos mejor porqué el pluriempleo es un factor que propicia el contagio entre este colectivo de trabajadores, y seremos capaces de pensar medidas de prevención que puedan captar las características particulares que tiene el trabajo en salud.
(*) – Docente de la Universidad Nacional de Avellaneda y becaria doctoral CONICET-UNDAV.