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Francisco criticó a quienes «se llenan los bolsillos y no se conmueven con la pobreza»


El Sumo Pontífice habló en el marco del Día Mundial de los Pobres y denunció a quienes son "cómplices" de la pobreza

Con motiivo del el 4° Día Mundial de los Pobres, el Papa Francisco publicó este sábado un mensaje mediante el cual destacó la solidaridad que se generó durante la pandemia del coronavirus y cruzó a aquellos que «se llenan los bolsillos». 

«En estos meses, en los que el mundo entero ha estado como abrumado por un virus que ha traído dolor y muerte, desaliento y desconcierto, ¡cuántas manos tendidas hemos podido ver!», señaló el Sumo Pontífice.

Francisco aprovechó la jornada para homenajear a los trabajadores esenciales que estuvieron en primera línea para combatir el virus, poniendo en riesgo su vida, porque todos ellos «han desafiado el contagio y el miedo para dar apoyo y consuelo».

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Francisco aseguró que las actitudes generosas contrastan con «la actitud de quienes tienen las manos en los bolsillos y no se dejan conmover por la pobreza, de la que a menudo son también cómplices», consignó la agencia AFP.

«La indiferencia y el cinismo son su alimento diario», señaló el Sumo Pontífice, aludiendo a las «manos tendidas para rozar rápidamente el teclado de una computadora y mover sumas de dinero de una parte del mundo a otra, decretando la riqueza de estrechas oligarquías y la miseria de multitudes o el fracaso de naciones enteras«.

Asimismo, también denunció las «manos tendidas para acumular dinero con la venta de armas que otras manos, incluso de niños, usarán para sembrar muerte y pobreza».

«La generosidad que sostiene al débil» es «una condición para una vida plenamente humana«, consideró Francisco, aunque reconoció que la «Iglesia no tiene soluciones generales que proponer» frente al «grito silencioso de tantos pobres».

El Papa Francisco también analizó el impacto de la pandemia que «llegó de repente y nos tomó desprevenidos, dejando una gran sensación de desorientación e impotencia».

«Este momento que estamos viviendo ha puesto en crisis muchas certezas. Nos sentimos más pobres y débiles porque hemos experimentado el sentido del límite y la restricción de la libertad«, expresó.

«La pérdida de trabajo, de los afectos más queridos y la falta de las relaciones interpersonales habituales han abierto de golpe horizontes que ya no estábamos acostumbrados a observar», manifestó.

«Nuestras riquezas espirituales y materiales fueron puestas en tela de juicio y descubrimos que teníamos miedo. Encerrados en el silencio de nuestros hogares, redescubrimos la importancia de la sencillez y de mantener la mirada fija en lo esencial», manifestó.

Para concluir, el Papa dijo que las crisis económicas, financieras y políticas «no cesarán mientras permitamos que la responsabilidad que cada uno debe sentir hacia al prójimo y hacia cada persona permanezca aletargada».