El clásico entre Partizán y Estrella Roja se disputó el pasado domingo con más de 16 mil hinchas en la cancha
Ante la pandemia de coronavirus Covid-19, Serbia fue uno uno de los primeros países de Europa que cerró rápidamente sus fronteras y controló a todos aquellos que intentaron regresar al país balcánico para resguardarse del mismo. Sin embargo, en el clásico de Belgrado que disputó el pasado 10 de junio todo se fue de control: se jugó a estadio lleno y sin distanciamiento social.
La situación de la enfermedad en Serbia estaba controlada. A pesar de que registraron un total de 12.175 casos, en los últimos días se registró apenas 73 positivos y ningún deceso. El total de los muertos en este caso son 252, en un valor que va por debajo de la media del 5% mundial, por eso, se dieron una serie de aperturas graduales, entre las que estuvo el deporte y la vida al aire libre.
El pasado 10 de junio, luego de haber finalizado la liga local, se definía la Copa de Serbia y se dio un clásico entre Estrella Roja y Partizán. El partido se disputó a puertas abiertas y se registraron 16.000 espectadores en las tribunas.
El escenario en el Stadium Partizana de Belgrado fue el mismo de siempre, tribunales colmadas, con los hinchas sin protección, y con todo el color de las banderas y bengalas. La situación llamó la atención de todo el mundo y, en particular, de las autoridades locales.
Con un gol Bibras Natcho, el Partizán se quedó con el triunfo y se clasificó a la final, donde enfrentará a Vojvodina. Pero la situación que se dio en Partizana preocupa, el posible rebrote en Belgrado está latente, al considerarlo una «bomba de contagios de coronavirus».
Con información de FiloNews