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Crece la tensión: Corea del Norte cortó los canales de comunicación con Corea del Sur


Ocurre una semana después que Pyongyang cargara contra Seúl por permitir que activistas arrojen propaganda contraria al gobierno desde el otro lado de la frontera

Corea de Norte cortó este martes todos los canales de comunicación con Corea del Sur una semana después que Pyongyang cargara contra Seúl por permitir que activistas arrojen propaganda contraria al gobierno comunista desde el otro lado de la frontera.

Todas las líneas de comunicación transfronterizas se cortaron este martes al mediodía «en el primer paso en la determinación por cerrar completamente todos los medios de contacto con Corea del Sur y deshacerse de las cosas innecesarias», informó la Agencia Central de Noticias de Corea del Norte (KCNA).

Tras conocerse la noticia, funcionarios surcoreanos intentaron establecer contacto con sus vecinos pero los norcoreanos no respondieron, informó el gobierno de Corea del Sur, que recordó que en otras oportunidades, Corea del Norte ya ha cortado la comunicación con sus vecinos sin previo aviso y las ha restablecido tras negociar.

En esta ocasión, Pyongyang dijo que el cierre de los canales de comunicación responde al fallido intento de Corea del Sur por evitar que activistas surcoreanos distribuyan propaganda anticomunista a través de la frontera, según KCNA.

Por su parte, Seúl, que buscar mejorar la relación con su vecino, subrayó la importancia de mantener abiertas las líneas de comunicación y prometió hacer un esfuerzo por promover la paz mientras mantiene los acuerdos intercoreanos.

Durante años, activistas surcoreanos, entre los que hay desertores del Norte, han arrojado propaganda en contra del régimen comunista de la dinastía Kim, algo que el gobierno surcoreano permitió argumentando que no pueden socavar su derecho a la libertad de expresión, aunque en alguna ocasión, hizo advertencias para evitar una escalada mayor, informó la agencia de noticias EFE.

La semana pasada, Corea del Norte volvió a quejarse por la distribución de folletos en su territorio.

La hermana del líder, Kim Yo Jong, dijo que los activistas eran «escoria humana» y advirtió con cerrar la oficina de enlace y un parque industrial ubicado en el norte, así como también anular un acuerdo firmado en 2018 para reducir las tensiones.

Se teme que el recalentamiento de la posición de Pyongyang retrasen aún más los intentos del presidente surcoreano, Moon Jae-in, para la reconciliación en las dos naciones.

A poco de asumir la presidencia, en mayo de 2017, Moon, se reunió con Kim y facilitó una serie de encuentros entre el líder norcoreano y el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que llevaron luego a la apertura de negociaciones por la cuestión nuclear.

Sin embargo, tras la segunda cumbre Trump-Kim, a principios de 2019, la falta de acuerdo en torno a la eliminación de las sanciones contra el país comunista, hizo tambalear hasta casi desaparecer la cooperación intercoreana.

Algunos analistas señalan que la reacción de Pyongyang podría ser también una señal de la crisis económica local que se agravó por la pandemia de coronavirus que lo obligó a cerrar su frontera con China, el mayor socio comercial del Norte.