El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sorprendió esta noche al desconocer por Twitter el comunicado final de la Cumbre del G7, producto de un trabajoso acuerdo entre todos los miembros del bloque luego de dos días de fuerte tensión por las discrepancias que Washington mantiene con sus socios en materia de comercio y ambiente.
Trump anunció su decisión -que no tiene precedente en la historia del bloque- desde el avión que lo llevaba desde Canadá, donde sesionó el G7, a Singapur, donde se reunirá el martes con el líder norcoreano, Kim Jong-un.
“¡Basado en las declaraciones falsas de Justin (Trudeau, el primer ministro canadiense) en su conferencia de prensa y el hecho de que Canadá está imponiendo aranceles masivos a nuestros agricultores, trabajadores y empresas, he instruido a nuestros representantes no adherir al comunicado, mientras revisamos los aranceles a los automóviles que inundan el mercado norteamericano!”, escribió Trump.
Trudeau advirtió en la rueda de prensa que Canadá seguiría adelante con la imposición de medidas recíprocas contra Estados Unidos a partir del 1 de julio y que consideraba “insultante” que Trump hubiera usado el argumento de “seguridad nacional” para imponer aranceles al acero y el aluminio canadienses.
Pese a ello, Trudeau, como anfitrión del encuentro del G7, afirmó que había concluido una “cumbre exitosa”, en la que los siete países del grupo habían logrado consensuar un “comunicado final ambicioso”, reportó la agencia de noticias DPA.
Ese acuerdo parecía entonces poco probable, dada la tensión existente entre Trump y sus aliados a raíz de los aranceles al acero y al aluminio que su gobierno impuso la semana pasada a países como Canadá, Japón y la Unión Europea.
Pese a las discrepancias, los representantes de Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y el Reino Unido habían logrado cerrar un acuerdo contra el proteccionismo.
El otro punto polémico fue el ambiental, en el que Estados Unidos y Japón evitaron sumarse al compromiso asumido por el resto de miembros de luchar contra la contaminación de los océanos y lograr que toda la basura plástica sea reciclable para 2030.
Tampoco la propuesta de Trump de que Rusia pueda reintegrase al grupo, del que fue expulsado en 2014 por la anexión de la península ucraniana de Crimea, consiguió apoyo entre los socios, salvo de Italia.
La propuesta fue incluso rechazada por el propio gobierno ruso, cuyo canciller, Serguei Lavrov, aseguró que su país «nunca pidió ser reintegrado en el G-8» ya que el G-20 «es el formato más prometedor para el futuro», informó la agencia estatal rusa Interfax.
Durante la cumbre, los siete países industrializados habían aprobado también la creación de un mecanismo de respuesta rápida para «identificar y responder a las amenazas» que plantean actores externos que intentan socavar los procesos electorales, la soberanía y la seguridad de las naciones.
Si bien el documento no menciona ejemplos, Rusia está acusada de haber interferido o intentado interferir en varios procesos electorales, entre ellos las elecciones estadounidenses que ganó Trump en 2016.
Otras de las medidas aprobadas por el G7 en esta cumbre fue una partida de casi 3.000 millones de dólares en un plazo de tres años para facilitar el acceso a la educación de las niñas más pobres en regiones en conflicto, según la agencia EFE.