Desde este lunes el país se divide en dos: por un lado la cuarentena más estricta seguirá en el AMBA, Gran Chaco, Gran Córdoba, Trelew y alguna ciudades de Río Negro. En el resto, más flexibilización
Una nueva etapa en la lucha de Argentina para mitigar el avance de la pandemia de coronavirus comienza este lunes, diferenciada en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), Gran Chaco, Gran Córdoba, Trelew y algunas ciudades de Río Negro, zonas afectadas por el crecimiento de contagios, y en el resto del país, donde los casos no se han registrado por 21 días.
Así, en la zona de AMBA, integrada por Ciudad Autónoma de Buenos Aires y conurbano bonaerense, continuará el Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio (ASPO) en su fase 3, en tanto que en el resto de las provincias del país, que representan el 85 por ciento del territorio, pasará a la fase 5, con la modalidad de Distanciamiento Social Obligatorio, lo que permitirá la apertura de actividades con sus respectivos protocolos sanitarios.
Esta vez, la prórroga del aislamiento -también del distanciamiento- se extenderá a partir de este lunes y durante 21 días, hasta el 28 de junio, en vez de los períodos de 14 días que se venían sosteniendo desde el inicio de las medidas, el 20 de marzo, cuando el gobierno nacional declaró el ASPO tras haber sido declarada la pandemia por la Organización Mundial de la Salud y comenzar a contarse los primeros contagios en el país.
Debido a las medidas tempranas tomadas por el gobierno, Argentina pudo mitigar la propagación del virus y controlarla en la primera etapa, para dar tiempo a la preparación de los recursos sanitarios.
«Hemos hecho bien las cosas como sociedad y los resultados siguen siendo buenos, pero la responsabilidad social es muy importante» para continuar así, dijo el presidente Alberto Fernández al anunciar el jueves en Olivos, junto al gobernador bonaerense Axel Kicillof y el jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, las nuevas medidas de cara a la etapa que comienza este lunes.
A partir de este lunes, en AMBA, el aislamiento continuará en general de la misma manera, en el marco de la fase 3, debido a que «hay circulación comunitaria» de virus, según se explicó el día de los anuncios.
Pero, en la Ciudad de Buenos Aires, el aislamiento tendrá alguna flexibilización, con la mirada puesta en los niños, que «podrán salir los dos días del fin de semana» de la misma forma que lo hacían un día del fin de semana en la etapa que concluye hoy, con un sólo progenitor y según la terminación de documento nacional de identidad, si es par o impar.
También a partir de este lunes algunos comercios de proximidad de la ciudad de Buenos Aires podrán atender al público pero con protocolos especiales, como los de venta de indumentaria, sin ingreso a los locales y sin probadores, para evitar la propagación del virus.
Los porteños, además, podrán realizar actividades deportivas y de paseo nocturno entre las 20 y las 8, es decir en contraturno con el resto de las actividades que se realizan en la ciudad, manteniendo distancia y sin que sean grupales, para lo que se dispuso un refuerzo de la seguridad.
En tanto, en la provincia, convivirán a partir de este lunes dos fases, ya que en el conurbano continuará como hasta ahora, por la alta concentración de casos -90 por ciento-, en tanto que en el interior de la provincia se inaugura una nueva fase (5) que implicará una nueva normalidad que será puesta en marcha en 60 municipios que cubren los requerimientos debido a que han disminuido los contagios o, directamente, no han registrado ninguno (para poder entrar en la fase 5 es necesario que transcurran 21 días sin contagios).
Así, en la provincia que gobierna Kicillof, convivirán dos modalidades distintas, una en la que estará incluida el 15 por ciento del país, con restricciones, y la otra por el 85 por ciento de la nación, donde las actividades comienzan a normalizarse, aunque manteniendo una distancia de dos metros, con uso de tapabocas y cumpliendo los protocolos de higiene.
Incluso, se permitirán los encuentros en lugares cerrados de hasta diez personas, pero continuarán prohibidos cines y teatros, los espectáculos masivos, la actividad turística y el transporte interjurisdiccional, que continuará habilitado sólo para actividades esenciales.
De todas formas, durante los anuncios del jueves, el presidente advirtió que en esos lugares es necesario tener en cuenta que «no superamos el problema, aunque muchos lugares del país no tienen contagios», ya que «lo cierto es que el contagio ocurre fácilmente si uno se presta» y, entonces, esa situación se podría revertir si no se mantienen los cuidados, y citó el caso de Necochea, que no tenía contagiados y un hombre que viajó a la Capital provocó un foco y obligó al municipio a retroceder a la fase 1.
En cuanto al regreso a clases, por ahora se está elaborando un protocolo, pero solo para escuelas rurales y del interior.
En los barrios vulnerables de la ciudad de Buenos Aires seguirá el plan Detectar, en conjunto con la Nación e, incluso, se extenderá a otros barrios, en tanto continúan trasladando a las personas contagiadas a hoteles, para lo que se han dispuesto más camas.
Esta semana aumentarán también los controles en los geriátricos, para todos los trabajadores, y en el transporte, sobre todo para pasar de la Provincia a la Ciudad y también al revés, y continúa la restricción comercial en las zonas de alta concentración.
En la provincia de Buenos Aires continúan las disposiciones tal como están para el conurbano bonaerense, donde los casos crecen, y en lo comercial, se mantendrán abiertos los locales barriales de cercanía, con atención fuera del local, con protocolos específicos que pedirán los intendentes, pero no en las grandes arterias comerciales.
Las salidas de los niños continuarán autorizadas en compañía de sus padres, cuando van a hacer compras de proximidad.
En relación con el cierre de la Villa Azul, dado que se consideró exitosa la medida, podrían cambiar las condiciones a partir de mañana, según adelantó el jueves Kicillof, quien dijo que se evalúa también hacer obligatoria la aplicación Cuidar.
Desde el Estado, continuará la ayuda a distintos sectores para «sobrellevar» los efectos económicos y sociales de la pandemia, a lo que se destina el 2,6 por ciento del PBI, en los distintos tipos de medidas de contención, como el IFE (Ingreso Familiar de Emergencia) , la AUH (Asignación Universal por Hijo) y los ATP (Programa de Asistencia de Emergencia al Trabajo y la Producción), entre otros.