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La sinagoga de Villa Crespo homenajeó a los bomberos fallecidos en la perfumería incendiada


El Centro Hebreo Ioná se caracteriza por estar muy hermanado con las instituciones del barrio confesó el Director de la Sinagoga

La comunidad judía porteña de la Sinagoga del Centro Hebreo Ioná, vía streaming, realizó este viernes un homenaje a los bomberos fallecidos en el incendio de la perfumería Pigmento, desatado esta semana sobre la avenida Corrientes al 5.200.

Con la presencia del jefe de la Estación VI del barrio, Diego Coria, desde las 17 y previo al inicio de la ceremonia del shabat de este viernes, los integrantes de esta comunidad, ubicada a dos cuadras del cuartel de Bomberos de la avenida Corrientes y Acevedo, homenajearon al comandante director Ariel Gastón Vázquez, de la Compañía de Planeamiento Desarrollo; y al subcomisario Maximiliano Firma Paz, de la Estación VI de Villa Crespo, fallecidos en la segunda explosión ocurrida en el local siniestrado.

«Es la primera vez, desde el inicio de la cuarentena, que volvemos a nuestra Sinagoga del Centro Hebreo Ioná, y lo queríamos hacer para rendir nuestro homenaje a los bomberos que murieron, en una mezcla de tristeza y orgullo», dijo Uri Aizcovich, Director de Sinagoga, al inicio del homenaje.

Con 113 años de permanencia en barrio de Villa Crespo la Sinagoga de Ioná se encuentra muy hermanada con las instituciones del barrio y especialmente con sus vecinos del cuartel de Bomberos, de ahí lo significativo de este homenaje, explicó Aizcovich.

Diego Coria, por su parte, mencionó la estrecha amistad que tenía con los bomberos fallecidos, con quienes compartió numerosas anécdotas y experiencias de vida.

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«Con Ariel ingresamos juntos a la Escuela de Bomberos, somos compañeros de promoción e incluso yo le presenté a quien sería su novia y luego su esposa, Selva, fui a su casamiento, solíamos ir a recitales, toda una vida juntos», dijo Coria emocionado.

En cuanto a Maximiliano, lo recordó con su tabla de surf, deporte que amaba y practicaba con frecuencia, pero que últimamente había dejado un poco de lado para dedicarse a terminar la carrera de Seguridad e Higiene que estaba cursando.

Además, agregó que ese mismo día, Maximiliano, como era el Día del Bombero, le mandó un mensajito para saludarlo «sabiendo que ambos estábamos de servicio».

«Ambos eran excelentes personas, compañeros espectaculares, con una bondad y profesionalismo increíbles, nos queda de ellos las mejores imágenes y así queremos recordarlos», dijo Coria.

«Recordarlos de la mejor manera, y seguir adelante, apuntalar a la gente y continuar con nuestra labor», concluyó.

Aizcovich le preguntó qué fue lo que lo llevó a ser bombero, a lo que Coria -que lleva 25 años en el servicio- contó que «a veces, bombero se nace o se hereda. En mi caso, tengo un tío bombero voluntario y desde muy chico me gustaba ir a visitarlo al cuartel, ver salir a los bomberos, cuando tocaban la sirena hasta que un día me subieron a un camión y me llevaron con ellos y creo que ese día quedó grabada en mi ADN esa vocación, pasó el tiempo estudié otras cosas, pero esa vocación estuvo siempre latente».

El homenaje de la comunidad del Centro Hebreo Ioná continuó con el canto Shalom Aleijem, que todos los viernes se entona invocando la paz para todas las personas y para todas las familias, en esta ocasión dedicada especialmente a las familias de los bomberos.

Seguidamente, se invocó la protección de Dios sobre Walter Cáceres y Javier Molina, los bomberos que aún permanecen hospitalizados, por su pronta recuperación física y espiritual y para que puedan volver con sus familias y a la tarea que tanto quieren.